lucky marty
a brazo partidoNada más dejar la bandeja sobre la cama, a Mike Olin se le cayó el fino purito de los labios. Y no pudo cerrar la boca porque ante él tenía, y en la primera página del «Morning
amanecer sangrientoCuando el teniente Kem Dyke entró en el casino de oficiales, no lo hizo como tantas otras veces, alegre y contento de tomar unas copas allí con los otros pilotos, a la espera d
antihombresLa Conferencia para el Desarme Nuclear había sido un fracaso total. Bueno: el mundo estaba habituado a estos desengaños y la gente no parecía muy afectada por los alarmantes ti
arenas de muerteAlex Lester dejó aparcado su viejo Ford en la esquina, buscó la parte trasera del edificio y caminó hacia las escaleras de incendios. Y como solo tenía veintisiete años, consti
argelia en llamasA Pascual Dorenko le llamaban «El Medallas». Y era natural, porque Pascual Dorenko tenía más condecoraciones que nadie, y sus medallas, ganadas en los lugares más diversos, ocu
armas a «go-go»Muchos millonarios lo saben y otros muchos viajeros también. Pero, para que no se olvide, en todas las agencias importantes de viajes el «slogan» publicitario reza así: Viaje a
balas de rencorLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
botín de guerraYa no eran frecuentes, pero aquél amenazaba ser uno de los bombardeos más intensos sobre Londres. La Luftwaffe alemana llevaba más de treinta minutos machacando a la sufrida ca
brigada de locosCon el último disparo, pareció terminar el reñido combate. Y ahora estaban allí, tensos y vigilantes en aquel poblado birmano, donde parecía pesar el aire con el repentino sile
carne de horcaLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro. La diligencia avanzaba hacia Pass River, un pequeño lugar de Arizona, parada obligada antes de llegar a Phoenix
carne de ringSiempre que el Gran Jefe me llama a su despacho, me echo a temblar. Por pasadas y amargas experiencias, sé que terminará encargándome de algún «trabajito» especial. Mi jefe es
caza-hombresLe había costado mucho, pero al fin estaba allí. En pleno corazón del Mont Salmón, en las fragosidades de aquella sierra árida y rocosa, coronando una fatigosa labor de dos sem
cazando estrellasHéroes del Espacio nº 59. El planeta Saturno ahora tenía doce lunas.A sus diez satélites naturales, Minas, Encelado, Tetis, Dione, Rea, Titán, Temis, Hiperión, Yapeto y Fepe, p
cita en el infiernoLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro. Caía la tarde cuando la cansina mula regresaba al paso hacia la apartada cabaña. El hombre que la montaba ya ha
como hienasFue una gran catástrofe. El puente se derribó sobre la impetuosa corriente del Daily River, en el preciso momento que el convoy pasaba para salvar el barranco. La máquina se pr
congo, oro y muerteSe trataba de un cuatrimotor «Saboya» de fabricación italiana, licencia suiza para volar, piloto y copiloto de nacionalidad francesa y seis «misteriosos» pasajeros que, al meno
convoy malditoEl desastre alemán en Stalingrado tuvo graves consecuencias, que no fueron puramente las militares para los ejércitos del Tercer Reich de Hitler. Aquella gigantesca derrota a m
criminal de guerraTodo tiene su principio y su fin, y la Segunda Guerra Mundial estaba llegando a su ocaso. «El ocaso de los dioses del nazismo alemán» que, con la «música» wagneriana de los cañ
de la misma castaEl sol teñía de rojo el cielo que cubría la pequeña vaguada conocida por Kobeh Walley, allá, en las altiplanicies del estado de Nevada. Era como si, ya en su ocaso, el astro re
después del finATRAÍDO por la inquietante proximidad de la mujer que tenía entre sus brazos, John Smith apoyó su mejilla en la de ella, y con un hilo de voz vibrante de reprimida emoción, sus
destino cumplidoLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
diablos con alasLas ráfagas de ametralladora cesaron de trazar sus círculos de muerte en el espacio, en el que se impuso entonces el roncar de los aviones japoneses, que evolucionaron de forma
diamantes negrosDesde aquella altura se dominaba toda la hermosa bahía de la Ciudad del Cabo, con sus miles de luces parpadeantes del intenso tráfico que bordeaba la autopista de la costa, y m
dien-bien-fuPorque sangriento es que un país tenga que luchar, a través de la larga noche de los tiempos, con constantes y sucesivas invasiones que se pierden en la memoria de los siglos.
el fin de un mundoA los confines del Sistema Solar, concretamente al satélite artificial, creado por el hombre, que desde hacía años orbitaba el último y lejano planeta Plutón, distante del «pad
el gran secretoLas cosas iban mal. Excesivamente mal para, de manera «oficial», divulgar la triste realidad a las tropas. Desde el alevoso ataque a la Base Aeronaval norteamericana de las Haw
el maldito honorQuien viaja por el océano Pacífico cree estar viendo un trozo de Paraíso sobre la Tierra. Los que navegan por él, sienten la pequeñez ante lo infinito de sus ciento ochenta mil
el mensaje de los «o.v.n.i.»Lucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
entre dos frentesPara intentar comprender —al menos en parte— el terrible drama de Palestina, y con ello la raíz de todos los conflictos de Oriente Medio, es preciso remontarse a muchos años at
falso campeónAquella noche, todo el Madison Square Garden de Nueva York estaba lleno a rebosar. No se trataba de ningún campeonato de judo, pero el nombre del famoso, polémico y discutido M
fama de valienteEl castigo era duro, y el hombre que lo recibía estaba al límite de sus fuerzas. El látigo que empuñaba Guy Weldan caía como una lengua de fuego sobre sus anchas espaldas, abri
fieras humanasLa primera cosa que veo nada más entrar en mi gorrinera es a mi vecino Maurice, con el sombrero y la chaqueta puesta, pero sin los pantalones que les está planchando sobre mi m
fuego en el cieloEn aquella ocasión a Glen Trewor no le valió su sugestivo porte varonil, su labia, la simpatía que solía generar y ni tan siquiera sus credenciales de periodista. La pelirroja
harto de matarEra sábado aquel día, un atardecer del 20 de agosto de 1871, en la pequeña población de Corona, del estado de Nuevo México. Por las calles discurría una multitud abigarrada y d
héroes sin nombreEl jeep cruzó toda la Base Militar Aeronaval de Portsmouth y fue a detenerse ante unas alambradas, que estaban siendo reparadas por algunos soldados. Los destrozos de los últim
idolo de barroArthur Pem se despertó con la cabeza pesada, sintiendo que le dolían las sienes por efecto de la tremenda resaca. No era la primera vez que le ocurría aquello. Últimamente bebí
infierno en el vietnamEn Washington, los estrategas del Pentágono se equivocaron. La muerte del anciano dirigente norvietnamita Ho-Chi-Minh en setiembre de 1969, en vez de desanimar a sus guerriller
infierno verdeEn la trastienda de la armería de su padre, manos y deseos desatados, Robert Lynn acariciaba y besaba a la linda rubia, que en vano intentaba frenar el acoso masculino. Apoyánd
jugándose la pielLa noticia venía en primera página: una ballena de unas cien toneladas y unos treinta metros de largo luchaba denodadamente por su vida, acosada en una de las islas Aleutianas.
la gran jugadaEl extremo derecho del F. C. Taormina impulsó el balón desde la línea del ángulo de córner, en jugada estudiada y dándole al esférico un efecto especial, para que fuese al mism
la morada del diabloLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro. Cuando Ian Hendry llegó a la calle principal de Hot Spring, casi era un niño, pero ya lucía cuatro muescas en s
la muerte tomaba el solEl empleado de la agencia de viajes puso más atención ante el posible cliente que tenía ante él, fijándose en que, al igual que su insólita petición, aquel no era un hombre nor
la mutación humanaLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
la ruta de hierroTodo condenado a morir tiene derecho a una última petición: por eso al capitán Dam Connery le hicieron la pregunta ritual: —¿Qué desea antes de que le fusilen, capitán? Alto y
la tierra agonizaLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
la voz del universoLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
lazos secretosAntes de morir, Stan Kenton habría jurado que él sacó primero el revólver de la funda y fue más veloz en presionar el gatillo que Walt Burbank. Sin embargo, estaba allí, tendid
lengua de fuegoEl látigo caía sobre las anchas espaldas de aquel hombre, lamiendo su piel como una lengua de fuego. Pero Marcus Kodac nada decía, de sus labios no salía ni un solo lamento, ni
lloran las estrellasLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
los derrotadosA pesar de todas las atrocidades que puedan relatarse durante la Segunda Guerra Mundial en los distintos frentes de Europa, no despertó ese salvaje fanatismo que conoció la gue
los destructoresEl radiotelegrafista entró en el despacho del general A. S. Percival, pero quedó turbado al ver la excitada reunión de aquellos militares. Por eso quedó con el mensaje en la ma
los inmortalesBolsilibro con el número 61 de la colección TORAY CIENCIA FICCIÓN (2ª ÉPOCA), reeditada más adelante en las colecciones GALAXIA 2001 y en INFINITUM CIENCIA FICCIÓN.
los muertos vivientesLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
los superhombresLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
los vencidosEL GRUESO PETERSON Hitchocok terminó de leer el telegrama, soltó un resoplido, y mirando al vigilante que permanecía rígido a dos pasos de su mesa de despacho, indagó: —¿Por qu
lucha hasta el finAmanecía sobre la pista del viejo autódromo de Albury, situado a unas millas equidistantes entre Sydney y Canberra, la capital de Australia. Los primeros rayos del sol empezaba
madrugada fatalNo hace mucho, el juez Samuel Leibowitz, conocido magistrado neoyorquino, afirmó que la gran metrópolis del Hudson estaba en el deber de desalentar la llegada de nuevos residen
mañana es hoyY llegó el día en el que el hombre ya estuvo dispuesto para lanzarse al hiperespacio. ¡Hacia la conquista de las estrellas! Al menos, finalizando el año 2171, astronaves tripul
medalla sin honorLas bombas japonesas lanzadas sobre la Base Aeronaval de los Estados Unidos en Pearl Harbour, no sólo causaron muerte y destrucción, al hundir en menos de una hora a más de la
morir en la sombraEstaba allí por asesino, en ese bajo mundo de hombres sin conciencia, donde el robo y el crimen son los delitos más comunes. Y no obstante, Alex Masson tenía «algo» distinto a
morirás cantandoLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
mundo de hombresLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
negros abismosEl avión tomó altura al sobrevolar sobre la vertical de la frontera de la República Sudafricana, procedente del territorio de Rhodesia. El piloto estudió los indicadores y, cal
noche de muerteMiró a su alrededor. Nada, silencio espeso, lúgubre también, y por unos segundos pensó que la muerte rondaba aquella noche la pequeña población de Gila Bend, en pleno estado de
nunca se muereLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
paga por míLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
pescando planetasLa gigantesca astronave nodriza quedó estabilizada en el espacio, exactamente en el punto elegido a una distancia media entre las órbitas de Marte y Júpiter.La Tierra quedaba m
planeta invisibleLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
poker de asesLa canosa cabeza del viejo Bianchi asomó por la puerta del establo. Desde allí miró hacia el fondo, y con su vozarrón cuajado de puro acento siciliano, llamó: —¡Randi! El joven
raqueta de oroEl prestigioso torneo de tenis de Roland Garros estaba llegando a su fin. Los dos finalistas, nada menos que el francés Maurice Bonlieau y el inglés Richard Howard, no daban po
rayo de luzLucky Marty fue uno de los seudónimos de Enrique Martínez Fariñas (¿? - 1985), un novelista y guionista de cómic español. Usó multitud de seudónimos, como Ralph Benchmark, Max
reos de muerteNo era un regreso triunfal, pero al menos, el sheriff y su joven ayudante volvían de Warm Spring seguidos de cuatro caballos, con sus jinetes terciados sobre las sillas. Bien m
resurrecciónLlovía a mares sobre el cementerio de Arlington, pero los cuatro hombres que trabajaban sobre aquella tumba redoblaban sus esfuerzos para sacar el negro ataúd que debía reposar
rubia lanzallamasComo preludio de la invasión de Italia, en el verano del año 1943, los ejércitos aliados conquistaron la gran isla de Sicilia. Hablando en términos pugilísticos, el «Duce» Beni
sangre, oro y ¡gloria!Fue en el quinto toro de la tarde y al entrar a matar, cuando Julio Cárdenas Paredes recibió la cornada en la ingle derecha, en una trayectoria fatalmente ascendente hacia los
si yo fuese el reyLondres estaba sufriendo uno de los más terribles y tenaces bombardeos de la aún poderosa «Luftwafe» alemana. Concretamente, el día 15 de septiembre de 1940, secundados por los
sigue tu camino, vaqueroLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro. La partida de póquer no podía ser más selecta. Ante aquella mesa se sentaban el alcalde de Rawlins City, Su Señ
su primer tongoUn soberbio «Sedán» descapotable, así de largo, así de ancho y último modelo, pintado de rojo llamativo y con los neumáticos de blanco, frenó bruscamente frente al destartalado
tienes que morirDe cualquier manera, en octubre del año 1942 el Eje Berlín-Roma-Tokio aún dominaba en el amplio panorama de la guerra mundial. Sometida desde tres años atrás toda Centroeuropa,
traidor ¿a quién? ¿a qué?En esa hora incierta en que se apaga el día y se inicia la noche, un grupo de jóvenes argelinos recorría las viejas callejas de la Casbah de la capital de su país, no precisame
tres muertos con una balaLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro. Desde siempre, en Arizona se colgaba a los cuatreros. En eso la ley era inflexible y el viejo juez de Silverbel
un mal golpeLucky Marty es el seudónimo del escritor Jesús Rodríguez Lázaro.
vidas sin rumboJohn Hendry soltó la azada al observar que, colina abajo, deslizándose por la ladera procurando mantener el equilibrio del cansado caballo, el jinete intentaba acercarse a sus
volcán en el marTodo era calma y sosiego en el gran océano. El Pacífico hacía honor a su nombre: sus azules aguas se confundían con el purísimo cielo, sin una sola nube, en aquel gran espacio
yo y mi cadáverEl sheriff de Tejón Pass miró fijamente a los cinco hombres que acababan de entrar en su oficina. Al fin, fijó la vista en los ojos saltones del herrero y con la garganta resec
¡a todo gas!A todo gas, devorando los kilómetros de la autopista Milán-Florencia-Roma y sintiendo en cada poro de su piel la embriaguez de la velocidad, Gino Maglio conducía con pericia y
«sonderkommanod polska»Menos mal que había llovido un poco la noche anterior y que aquella providencial agua impedía que se levantase polvo en el patio del cuartel. Otto Sweisser lanzó un suspiro, co
¿qué muerte prefieres?No todos morimos de la forma que deseamos. Normalmente, nuestra vida termina de la manera más inesperada y, por supuesto, siempre a disgusto nuestro. Pero el caso de Jerry Glen