jugándose la piel
La noticia venía en primera página: una ballena de unas cien toneladas y unos treinta metros de largo luchaba denodadamente por su vida, acosada en una de las islas Aleutianas. Lou Graham se interesó, dobló el San Francisco Star y se dispuso a terminar de leer la gacetilla. A fin de cuentas, no tenía otra cosa que hacer que seguir sentado en el hall de aquel hotel, en espera de poder realizar también él su reportaje.