PAÍS LIBRO

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lucky marty

idolo de barro

Arthur Pem se despertó con la cabeza pesada, sintiendo que le dolían las sienes por efecto de la tremenda resaca. No era la primera vez que le ocurría aquello. Últimamente bebía demasiado; sobre todo después de que, tras ganar el premio Pulitzer de Literatura, el resto de sus novelas habían sido un rotundo fracaso. Desde entonces, dedicándose a las crónicas deportivas en el Chicago Sun Times y a la publicación de algún que otro artículo en distintos periódicos y revistas, iba tirando como podía. La gloria, que le había llegado antes de cumplir los treinta años, se le estaba escapando de entre las manos, porque no tenía la suficiente fuerza de voluntad para volver a ponerse a escribir en serio.