diamantes negros
Desde aquella altura se dominaba toda la hermosa bahía de la Ciudad del Cabo, con sus miles de luces parpadeantes del intenso tráfico que bordeaba la autopista de la costa, y más allá la negrura sin fondo del Atlántico Sur. Una hermosa ciudad, para un rico país productor de oro y diamantes —el 40 % y el 60% respectivamente de la producción mundial.