kelltom mcintire
a ciegas por entre las brumasLlegó a Delvis a las tres de la tarde. El día era caluroso, tórrido, y el viejo «Nash» color negro quemaba. Bajo el capó, hervía el agua en el radiador. Olía a aceite hirviendo
a la caza de mister «g»Rick Bentley se levantó muy temprano aquella mañana. Había comprado un viejo automóvil «De Dion Bouton» en el cementerio de automóviles de Pasadena, el día anterior. Una joya d
al filo de la memoriaEl día primero de marzo, un camión de mudanzas me embistió lateralmente en la Séptima Avenida. Mi Chevrolet deportivo salió brutalmente despedido hacia la acera, arrancó de cua
asunto de vida o muerteKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
ataque a wiranaiKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
aventura en harlemAl abandonar el Diamond, Henry Marshall vació sus bolsillos a la luz del próximo poste de alumbrado. —Ayer rico. Hoy un pobre diablo cualquiera —murmuró. En la palma de su mano
aventura para una adolescentePaul percibió que ocho rostros estaban pendientes de él. A pesar del tono irónico de la estilizada y «progre» Cheryl. Decidió que la noticia que traía a la pandilla llevaba en
biografía de tres aventurerosEl nuestro era un curioso triunvirato. El conjunto más heterogéneo y dispar de seres humanos que pudiera concebirse. O si no, véase: Jan Kernig, nacido en Koln (Alemania Federa
booman y los alienígenasKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
brindis por la muerteDouglas Walker, cumple cinco años de condena en el entorno duro y podrido de la penitenciaria de Hoganville. Su espíritu orgulloso y rebelde le impide plegarse a los cabecillas
cementerio volanteKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
círculo de tinieblasDolores lanzó un gritito cuando solté a Jack lo siguiente: —Hazlo, Jack. Invierte dos millones de dólares en las acciones de la Common Bussines Corp. Dolores se había puesto ta
cita en ganímedesKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
cita para la eternidadKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
cockery row a las ochoLos presos avanzaban por la galería, cansinamente. Como tantos otros días, como miles de días atrás, como otros miles de días tendrían que seguir haciéndolo después. Siempre al
contacto en la iv faseJane se apresuró a venir a la sección «D» en cuanto tuvo noticias de que teníamos en nuestro poder el informe del teniente John Kurrie. Vi que la Esplendorosa, así llamábamos f
craig tiene un planEstaba aterrado. Absolutamente dominado por el pánico. Había llegado a lo más alto, había conseguido dominar a miles de hombres y mujeres y amasar una gran fortuna. Sin embargo
del color del odioEstaba cansado del barrio, asqueado de los continuos problemas que la vecindad me creaba. Como quiera que nunca he sido muy acomodaticio, y, por otra parte mi sueldo era una po
demasiado, para un negro—Entonces…, ¿no vas a ayudarme, Paul? —preguntó la mujer con un trémolo de desesperación. Se retorcía nerviosamente las finas manos, dominada por la más intensa angustia. El ho
desafío a cameronAnoche volví a soñar con Joan y los niños. Hacia las cuatro de la madrugada me desperté sobresaltado. Y al tratar de apartar mis cabellos, comprobé que mis ojos estaban empapad
desde un mundo remotoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
después del apocalipsisKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
diabólicamente tuya, tía louise—Cálmese, por favor —respondió sin emoción.Era más frío que un pez y tan lento de movimientos como un gran paquidermo, a pesar de que no era un hombre corpulento.Rompí a llorar
díganle que no he muertoRoman era bajo y fornido. Tenía la voz gruesa y fumaba siempre cigarros habanos. Su aspecto exterior indicaba brutalidad. Allí estaban sus pobladas cejas rectas, su mandíbula c
dinamita puraMandy se despidió al amanecer. La verdad era que mi gentil acompañante de aquella primera noche en Londres no pensaba despertarme, pero mis trabajos como reportero de guerra ha
dinero para el diabloA las dos de la madrugada, Jim Becket, el policía patrullero, pasó ante los escaparates de la joyería Fillmore & Pierce. Becket encendió su linterna, inspeccionó los cierres de
dinero, podrido dinero¿Quién iba a imaginarse que el guapísimo Lee Carlin tuviera un aspecto tan desagradable después de muerto? Matt Findlay contempló aquel cadáver una vez más. —Lamentable —murmur
doce días de horrorPero lo que más impresionaba del retrato eran aquellos ojos negros, fijos, malignos, inquietantes.Toda la maldad del mundo parecía encerrada en aquella mirada.Avanzamos unos pa
doctor estricninaLos dos coches se detuvieron frente a la casa solitaria y sus conductores apagaron las luces. Luego, cinco o seis hombres se apearon, cruzaron un pequeño espacio ajardinado y s
doctor eutanasiaKellton McIntire (José León Domínguez), cuya mayor producción se produjo dentro del campo de la ciencia ficción aunque abarcase otros géneros como el terror o el western en edi
el arte de saber perderEl día diez de noviembre abandoné la prisión. Cuando en alguna ocasión, allí dentro, imaginé este venturoso acontecimiento, siempre había pensado que mi salida de la cárcel se
el engendro de kroozgaar—Yo una vez me piqué con ácido L.S.D. —dijo de pronto George—. Tuve unas visiones alucinantes. Me vi convertido en un perro. Aullaba, mordía a todo quisque y montaba a las perr
el enigma de hurxKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el enigma de la isla flotanteKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el enigma de mount kooranMucho antes de que la Trans-Africa Railways Company acometiera la atrevida tarea de horadar veintitrés kilómetros de sólida roca, una compañía experimentada en análisis del sub
el enigma de yamaraiKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el espectro de farmoorLa prisión de Farmoor ocupaba una vieja fortaleza del siglo XIV, en mitad de una zona pantanosa e insalubre. Míster Donald Freeman, el director de la prisión, insistía continua
el éxodo de los diosesKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el experimento del profesor deluccaKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el hombre que quería saberKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el imperio de las profundidadesKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el imperio de re-apharaxKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el imperio de un millón de añosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el más peligroso secretoEl run-run del motor apenas se escuchaba ante el fragor del mar, en las rompientes. —Es la última vez —dijo el muchacho que permanecía acurrucado junto al timonel—. Es la últim
el misterio de «black rocks»Kellton McIntire (José León Domínguez), cuya mayor producción se produjo dentro del campo de la ciencia ficción aunque abarcase otros géneros como el terror o el western en edi
el monstruo de los sueñosLa señora Doyle se contempló fijamente en el gran espejo de su dormitorio. —Tranquila, Eve —pronunció. Y sonrió levemente a su propia imagen—. Tranquila. Ya han terminado las p
el peligro viene del espacioKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el planeta de los cíclopes rojosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el primero en morirGaston Durand llegó a Marsella hacia las ocho de la noche. Rodeó la ciudad, alcanzó el Promenade du Baltique, y buscó la callejuela más solitaria para aparcar la furgoneta. Hab
el rugido de la panteraLA casa estaba en completo silencio, hasta que afuera comenzó a soplar el viento con violencia, produciendo medrosos silbidos al introducirse por los intersticios de los viejos
el santuario de ikuara-mahlKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el secreto del lago kachapiA pesar de la subnormalidad, Betty Kanner era una niña preciosa. Acababa de cumplir doce años y su aspecto era el de una adolescente. Rubia, de ojos azules profundos y serenos,
el secreto del «palarnaja»No volví a recordar la llamada de míster Brassing hasta la tarde siguiente, cuando llegué a mi consulta de Moorgate. Según me dijo Alice Richards, mi eficiente ayudante, en la
el signo de quemyisethKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el síndrome lovelockKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el sueño profundoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
el testamento de blaise kordanTed Fordike dobló, presuroso, la esquina y caminó aprisa por la acera izquierda de la calle Wright. La calle Wright estaba situada en las inmediaciones del portuario barrio de
en busca de melody waynesLos Drake, padre e hijo, tuvieron que interrumpir súbitamente su descanso del fin de semana para atender la urgente llamada que provenía de Boston. Drake hijo —cuyo nombre de p
encuentro con los niños viejosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
esta misma noche, la muerteLas sombras huyeron y la luz me cegó. Abrí los ojos. El sol penetraba a través de los barrotes, deslumbrante. Fui a incorporarme, pero un ramalazo doloroso recorrió todo mi cue
éxodo desde las tinieblasKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
fantasmas del espacioKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
fuga en kil-edraKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
galería de la muerteEl hombre que ocupaba el camastro despertó de pronto cuando la reja se deslizó automáticamente sobre sus raíles. —¡Levántate, cerdo! —ordenó uno de los dos fornidos vigilantes
gladiolos para un asesinoTodo aquel lío empezó de la forma más extraña que a ningún loco pudiera ocurrírsele. Yo había pasado tres largos años en prisión. La cosa es bien fácil de explicar, para mí al
hacia el infierno, sin retornoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
hotel montrosse, suite nupcialSobre aquellas inmundicias, con el traje manchado de porquerías y la camisa empapada de sangre, estaba Larry Byscroy. Rodeándole, con las piernas abiertas y el ansia de matar e
incidente en rowles pikePhinks apareció en el borde de la piscina con el teléfono en la mano. —Conferencia desde México, míster Dumbar —anunció con su voz de sargento de «marines». El musculoso joven
jugada supremaAhora mismo no sé qué voy a hacer. Si alguien me preguntara por mi estado de ánimo, diría que me encuentro desesperado. Y tengo motivos para sentirme así: el lunes me encontrab
justicia para blacktellAl atardecer, unos vecinos piadosos trajeron el cadáver de Joss Kevin a la casa donde vivían su padre, el anciano Lawrence Kevin, y su nieta, Jean. Como el fuego había borrado
karalai y los clónicosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la autopsiaEl pesado camión ascendía lentamente la pendiente. La carretera de montaña estaba nevada, y la nieve se había helado. Las treinta toneladas de carga permitían que las cadenas d
la batalla de takabanbaKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la gran hecatombeKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la gran revanchaSonó el teléfono. Kelly se irguió en el lecho con una sacudida violenta de todos sus músculos. Al principio, sólo escuchó la voz melosa de Ernesto Goncalves que cantaba un nost
la invasión de hirkKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la invasión de los antroposauriosERA un verano tan tórrido que los pajarillos de Vanner Park caían de los árboles, asfixiados. Precisamente hacia el 20 de julio, Evan Harper estaba haciendo las maletas, dispue
la invasión de los nictalopesKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la invasión de los seres sin cuerpoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la justicia está hechaMala pata. Era martes, trece de junio, el cielo estaba cubierto de negros nubarrones al amanecer, corría un vientecillo gélido que se colaba a través de la ventanilla izquierda
la leyenda de shapahoniKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la maldición de kaleenxKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la máscara del diabloUna arruguilla de perplejidad debió aparecer en mi entrecejo, pensando en Rod. Por una razón muy sencilla: aquel número, el 887-0156 era un teléfono que solo utilizábamos en ca
la necrópolis de oroKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la rebelión de los espectrosEl día quince de noviembre, Ed Cumber cargó sus trebejos de pesca en el maletero de su coche y abandonó la ciudad en dirección a la laguna Gray Glade. Se había desatado la temp
la sombra de charigan—No le dejaré escapar vivo. El hombre que acababa de hablar era Walt Ironwood, un hombretón de canoso bigote recortado, chaquetón de borrego, vuelto en las solapas, y sombrero
la tormentaHacía mucho calor dentro del foso. «Tanto como en Vietnam», pensó Hal Jervis, colérico. ¿De qué le había servido pasar dos años allí, enrolado en los marines? De nada, positiva
la última criaturaKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
la última noche de preston kodel—Lo siento, Val, querida —dijo el hombre—. Pero debemos despedirnos ya. Recorrió la distancia que mediaba entre el diván que ocupaba la bella mujer rubia y el ventanal, miró al
la visita de «duende»Los integrantes de base lunar Moon-Base-One ven con enorme asombro que una colosal nave comienza a orbitar el satélite terrestre. Dispuestos a investigar, se disponen a explora
lauri era inocenteUn hombre se ve inmerso en una trama donde la extraña conducta de su mujer acaba por lastrar su día a día. Una historia escrita desde el punto de vista de un personaje principa
lluvia de oroEl viento zumbaba fuerte, helado, y le calaba hasta los huesos. En lo alto, las aspas seguían girando, potentes, provocando gélidos torbellinos que azotaban su rostro. —Zorra m
los cíclopes de hiruapatanKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
los crímenes de harrew townAnochecía. Desde la ventana, Vanessa podía ver la curva del río, la oscura arboleda y la bruma grisácea que se elevaba de las verdosas orillas. Llevaba mucho rato apoyada en el
los desesperados de xantrooKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
los hematófagosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
los lobos de chaux-laville—¡Eeeeh, Michel! ¡Ven aquí, mira esto! —gritó André, desde lo alto del risco, poblado de espesos matorrales. Apagué el cigarrillo que estaba fumando, recogí mi «Winchester» de
los muertos pueden matarCuando Frank Harris se detuvo en la aduana de Buffalo-Niagara Falls, un gran chorro de vapor emergía por debajo del capot. Frank tiró el cigarrillo al ver aproximarse al vigila
los navegantes de la brumaGeorge retiró la tranca y tiró con fuerza de la pesada hoja de roble. Fuera llovía torrencialmente. A la luz del zaguán, las ráfagas del viento huracanado azotaban la esbelta f
los señores de la muerteAhora todo ha quedado en silencio. Se han marchado ya Sue y Donovan y ese policía, el teniente Cabot, les ha seguido poco después. No puedo decir que me sienta solo. A mi derec
maremotoAl amanecer, Purdy advirtió la ausencia de Glen Pierson. Acababa de despertar, de incorporarse en el camastro y su primera mirada fue precisamente hacia el rincón en que solía
mariscos a la heroínaPara Marcel Dallan, el porvenir se presentaba sombrío. El inspector Martois lo había dicho la tarde anterior: —Tienes que comprenderlo y obrar en consecuencia, Marcel: ya no er
marjorie de lutoEra una espléndida mañana de mayo en Saint Louis, Missouri. Hacia las once de la mañana, gran cantidad de lujosos carruajes venían a confluir a los alrededores del templo angli
navidades rojasRose-Ann tenía una pequeña indisposición gástrica. Roland la había oído quejarse durante la noche, aunque estaba tan cansado y su sueño era tan pesado que, probablemente no hab
nido de monstruosKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
no eran de este mundoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
no juguéis con los «gangsters»El encargo me resultó antipático desde el primer momento. Si hubiera sabido sus consecuencias, por supuesto que lo hubiera rehusado por encima de todo. Al decir por encima de t
no morirás tres vecesDesde luego, siempre era la misma voz. Quejumbrosa, hueca, sin matices, lejana, átona. —¡Sigue, Jane! ¡Sigue adelante! ¡No desmayes»…! Y Jane, obsesionada, obedecía. Era cuesti
no puedo creérmeloA las cuatro, cuarenta de la tarde, sonó el teléfono en la residencia de sir Danton Malvory. Eustace, el impecable mayordomo, fue a llevar el aviso a la biblioteca, donde sir D
no te fijes de paul halkinCuando abandoné el colegio Granjer eran más de las nueve de la noche. Llovía a cántaros y yo —estúpida de mí— había olvidado el paraguas. Me recriminé a mí misma durante unos m
no valía la penaEl party, la fiesta, se estaba celebrando en los inmensos salones de alquiler de la Publishers Radial Co., planta vigésimo octava del edificio Crookan. —Es sólo una convención
noche de pesadillaKent Derrick es un inspector de policía que es requerido en Downpolks, un pequeño pueblo inglés. Resulta que un niño ha sido atacado por un cocodrilo, según dice él. Lo que par
operación goldPero así es la cárcel. Como, por lo general, las bebidas alcohólicas están prohibidas o sumamente controladas, adquirir una sola botella suele costar un ojo de la cara. Como de
oro sucio—Lárgate —gruñó, colérico, el sargento detective McGee. El joven que estaba tendido sobre el camastro se puso en pie perezosamente y se estiró como un felino. Tenía unos brazos
paul y las protectorasNadine se marchó cerrando de un portazo que hizo estremecer los delgados tabiques de mi sucio apartamento. Nadine no se llama Nadine. En realidad, su nombre completo es Edna Br
podríamos despertar en el infiernoJames García el Chicano, hizo derrapar su potente «Honda», y se detuvo en seco, alzando una imponente polvareda en torro suyo. Lanzó un grito penetrante, de alerta. Pero McCall
pregunten a johnny almeidaLos motores del bimotor Cessna runruneaban monótonamente. A través de los cristales de la carlinga, el cielo aparecía brumoso. Había unas feas nubes a la derecha que presagiaba
preludio para el apocalipsisKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
prodigio en kronkaiKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
proyecto para la fugaEl joven que permanecía en la ventana, sentado en su silla de ruedas, apartó el libro que estaba leyendo, y entornó los ojos. Su expresión era de intensa placidez, casi de beat
quince días sin solKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
reto a satanásDos viejas rezaban guturalmente en un rincón de la cocina.El fuego se había apagado en el hogar y por la chimenea penetraba un viento gélido que agitaba las cenizas.Luego llega
retrato de un hombre imposibleKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
sentencia mortalChuck Huxley no tenía las ideas muy claras aquella mañana. Acababa de abrir los ojos y alargó una mano instintivamente para acariciar los finos hombros de Mary-Ann. Pero sus de
sierra lobosKelltom McIntire (José León Domínguez), cuya mayor producción se produjo dentro del campo de la ciencia ficción aunque abarcase otros géneros como el terror o el western en edi
súbdito de las tinieblasKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
sueldo diabólicoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
telly en el paraíso—¡No, no te acerques! —chilló la mujer, espeluznada. Se encontraba al fondo de la caverna, apoyaba su espalda en la roca húmeda y temblaba de pies a cabeza. En la entrada de la
tildrich, base unoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
todo el horror del infiernoAmbientada en el Reino Unido de la época de la escritura, presenta una especie de secta secreta, un tanto inspirada en la Inquisición, que se dedica a imponer una especie de ju
todos están muertosLos largos dedos de Oscar Bartley sujetaron al ratón, y adaptaron sabiamente el pequeño cartucho sobre el lomo del animalito. —Así, «Gipsy», así, quietecito. Papá va a sujetar
tras las huellas de un espectroLa furia dominaba a Jean como algo sólido, pegajoso e incómodo. Trataba denodadamente de imponerse a aquella ira latente que ponía frenéticas vibraciones en su piel y dolorosas
tres cadenas perpetuasCuando al anochecer llegábamos a nuestra celda, nos sentíamos demasiado agotados para charlar. Jean Paul se desprendía de la chaqueta y la camisa y se lavaba concienzudamente e
un amor casi eternoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
un lugar entre los muertosAlguien empujó mi silla de ruedas, pasillo adelante. El sol fuerte del exterior me cegó a pesar de las galas oscuras de que alguien me había provisto. Cerré los ojos, apreté lo
un rasgo de humanidadLa primera vez que vi a Paul Curtis fue el día primero de febrero de 1966. Ocupaba la celda 16 de la sección de «violentos» del Sanatorio Psiquiátrico de la Fundación Aldeman.
via crucisLa carretera se extendía, interminable, a través del desierto. Jim bostezaba de cuando en cuando, pues la monotonía le aburría soberanamente. El paisaje era desolado, estéril,
viaje a la locuraKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
viaje a las profundidadesKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
viaje hacia el horrorKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
vigilantes del universoKelltom Mcintire es un seudónimo de José León Domínguez La abultada nómina de autores que colaboraron en las colecciones de ciencia ficción de la editorial Bruguera, unos trein
wood green, sabado nochePara el inspector James Benedith de Scotland Yard, el robo al West Bank suponía algo más que un regular dolor de cabeza: una inexplicable incógnita. Benedith estaba casado con
xai, sacerdotisa de graa-alzacLa joven y bella Xai urde un plan para acabar con la tiranía del déspota y genocida Walloc. Resuelta a esa tarea, se dirige al palacio del dictador para atentar contra su vida,
ya es hora de morir, harryDesde la esquina de Bound Lane, Harry vio perfectamente que su padre estaba muerto. No lo vio, exactamente, sino que más bien lo adivinó, por la absurda posición de sus extremi
¡buen trabajo, hammond!Miró de reojo a Chuck, que conducía el gran «Ford-Ranchero» sin pestañear. Envidiaba a Chuck. Porque su compañero parecía no sentir en lo más mínimo los rigores del caluroso ve
¡buen viaje, jill…!Estábamos en la casita del valle de San Fernando, adonde habíamos llegado la noche anterior para disfrutar de uno de nuestros acostumbrados fines de semana «pacíficos». Aquel s
¡suerte y audacia, muchacho!No puedo negar, aquí, que yo fui el responsable de que Glen Palmer fuera a parar a la cárcel. Y lo peor de todo es que Palmer y yo éramos amigos. Pero aún había más: Glen Palme
«m...» de maffiaCAROL estaba haciéndome cosquillitas en la nuca. Delicioso. Me ponía carne de gallina, pero me encantaba. —Tienes que lograr el dinero, amor mío. Para las vacaciones. —¿Vacacio
¿qué pasó con guss devening?Era muy tarde ya y el laboratorio permanecía en silencio. Los mil pequeños rumores del gran edificio de la Universidad habían ido cesando lentamente. Solo las ventanas correspo