el rugido de la pantera
LA casa estaba en completo silencio, hasta que afuera comenzó a soplar el viento con violencia, produciendo medrosos silbidos al introducirse por los intersticios de los viejos cristales de la ventana de la escalera. Mil ruidos misteriosos comenzaron entonces a dejarse oír en la vieja y siniestra mansión. El hombre que ascendía peldaño a peldaño, con extremada lentitud, la escalera de madera, sentía que el pánico le iba dominando lentamente. Sólo era una sombra. Una figura fantasmal que parecía moverse a cámara lenta, conteniendo la respiración.