PAÍS LIBRO

Autores

kelltom mcintire

wood green, sabado noche

Para el inspector James Benedith de Scotland Yard, el robo al West Bank suponía algo más que un regular dolor de cabeza: una inexplicable incógnita. Benedith estaba casado con una bella irlandesa pelirroja llamada Aida, que le había dado dos preciosos hijos igualmente pelirrojos, Susan, de ocho años, y Red, de seis. Por lo demás, el inspector James Benedith era una persona absolutamente normal: de estatura mediana, delgado y fibroso, cabellos pajizos y tez bronceada que debía a su afición al deporte en los espacios abiertos. Era, además, un hombre inteligente y voluntarioso, que se sentía muy satisfecho de su suerte. Sus camaradas de profesión y sus superiores le tenían en gran estima, no sólo por sus cualidades humanas, sino también gracias a su prestigio profesional.