j. gubern
3 sonrisasEL hombre que disparaba su carabina acogido al precario refugio de un barril panzudo, nunca había estado más cerca de la muerte. Las balas silbaban a su alrededor amenazadoras
cuando aparece palabrasCada gota originaba un círculo que iba creciendo, creciendo, hasta difuminarse, de una parte, en la inmensidad —inmensidad relativa— del lago y, de otra, deshacerse en mil onda
cuchillos y marijuanaEl grito que dio una mujer coincidió exactamente en el momento elegido por Bird Smithe para saltar por encima del mostrador, pero el grito no logró contenerle. Sus botas de agu
dakotaTom llevaba ya casi una hora adormilado ante el fuego cuando llamaron a la puerta. En circunstancias normales, todos se hubieran hallado en sus habitaciones desde mucho tiempo
el cobardeCinco figuras destacaban, amenazadoras, contra el fulgurante azul del cielo. Desde la galera que, grande y pesada, recorría la llanura parda arrastrada por bueyes lentos, calmo
el último escuadrónESTABA terminando un mes crucial para la historia de los Estados Unidos. Abril de 1865. El día 9 se había rendido Lee, jefe supremo de los ejércitos del Sur, a su enemigo Grant
evelina wardLa gran mole oscura del Arrow Peack recortaba contra el cielo sus perfiles geométricos. Sobre ella, aleteaban los buitres, majestuosos. Sus graznidos rompían el silencio, el en
hombres de chattanoogaENCAJADA entre la mole enhiesta de Sierra Nevada y los Montes Wahsatch del Utah, la meseta de Cuenca Grande cubre casi por completo el suelo desértico de Nevada. Los altos rebo
jonesburgJonesburg, situado al pie de la vertiente oriental de la sierra de San Bernardino, era un pueblo ganadero y nada más. «Palabras», que conocía el Sudoeste en general y Californi
la muerte escribe un poemaEl jinete salió del macizo color pizarra claro de los mezquites y condujo a su bayo talud arriba para ponerlo al trote largo cuando estuvo en el camino. A su derecha, más allá
la muerte y olivia pinkerCICLO Mike Palabras: La muerte y Olivia Pinker Valle Bisonte La muerte escribe un poema Pastos sangrientos Cuando aparece Palabras Oskiteha Una polka para la muerte Jonesbu
los jinetes negrosWilm era el «sheriff» de Los Árboles, California, y gustaba de comportarse como un hombre de acción que fuese al mismo tiempo un pensador profundo, aunque lo cierto era que no
miguel segoviaParecía imposible que en aquella inmensa llanura pedregosa de color amarillo rojizo pudiesen existir seres vivos. Estaba hecha para calcinarse lentamente, año tras año y siglo
oskitehaUna rama se quebró con seco chasquido. Jason Greene, viéndola caer al agua, se preguntó por qué causa se habría roto. ¿Por el viento? No, puesto que la suave brisa estival no p
pastos sangrientosEran muchos los hombres ataviados con chaparreras, pantalones de pana o de burda tela rayada, camisas de lana, pañuelos de vivos colores y grandes sombreros, pero solo uno desp
un jugador brasileñoPIÑEIRO se acarició suavemente la barbilla con una de sus largas y afiladas manos, mirando con cierta ironía a su interlocutor. —Puede usted tener talento para las cartas —dijo
una hazaña de cole karriganCUANDO llegué a Póker Valley, nada hacía presentir los acontecimientos futuros. Me sorprendió, debo reconocerlo, encontrar aquel amplio valle después de cabalgar durante interm
una polka para la muerteBrian, alto, enjuto, de piel casi cobriza, rostro anguloso y ojos grises, frotó con la manga, en un gesto maquinal, un objeto brillante prendido sobre su camisa. Aquel objeto n
valle bisonteCuando alcanzó la cima de la colina, Jorge Dreyer contuvo a su enorme alazán y se volvió para contemplar el coche que todavía ascendía por el rojizo camino. Su apuesta silueta
¡adiós, capitán!UN perro ladró con exasperante persistencia, pero los dos jinetes que recorrían lentamente la calle principal de Pueblo Hueso en aquel mediodía de calor asfixiante, no le prest