PAÍS LIBRO

Autores

j. gubern

miguel segovia

Parecía imposible que en aquella inmensa llanura pedregosa de color amarillo rojizo pudiesen existir seres vivos. Estaba hecha para calcinarse lentamente, año tras año y siglo tras siglo, bajo el ígneo globo solar, para adormecerse —si es que las llanuras pueden adormecerse— en el letargo que su atmósfera pesada y ardiente, tan azul y tan monótona, provocaba, para sufrir, inalterable, la sucesión de días y noches siempre iguales, siempre vacíos.