curtis garland
agente 2000Los asesinos eran tres. Los tres parecían iguales entre sí. Y quizá lo eran. Nadie hubiera podido saberlo con exactitud. En realidad, no pretendían parecer diferentes. Y tenían
agente muerteLex Redmond supo que era el fin. La muerte. El telón de su agitada vida. Era el mejor agente especial de su época, muchos lo habían dicho aunque él nunca se lo creyó del todo.
ahorcado, dame tus ojosEl doctor Frank Shelley miró por la ventanilla del carruaje. El paisaje que se mostró ante sus ojos distaba mucho de ser alentador. La noche oscura como boca de lobo, era gélid
ajedrez de terrorJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
ajedrez humanoSE detuvo el «Rolls Royce» frente a la fachada de piedra gris, con escalones de acceso a la amplia, suntuosa puerta de recia madera de roble. Eran seis los escalones que subían
al filo de lo eternoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
algo se nutre de sangreFue idea suya. Enteramentesuya. Al menos en eso. Richard no tuvo culpa alguna.Pero tanto daba, a fin de cuentas, de quién hubiera sido la idea. El desastre ocurrió de todosmodo
alguien al teléfonoEl joven viajero sonrió, poniendo de nuevo en marcha su vetusto automóvil de tercera o cuarta mano, con algunas dificultades a causa del intenso frío. Las ruedas se deslizaron
alguien llamado «x»Quizá no tuvimos demasiada imaginación al hacerlo. Pero le bautizamos así. Creo que, desde un principio, coincidimos todos en darle ese nombre, quizá porque él mismo nos dio la
alguien que no existeHa sido alguien que no existe. Alguien que no existe hizo esto. No tiene sentido en apariencia, pero yo sé que es así. No hay otra explicación posible. Hay que partir de ese pu
alias «el reptil»Howard Miller miró hacia atrás, preocupado. Era la primera vez que le sucedía algo así. Habitualmente, cuando él trabajaba, eran los demás quienes tenían que mirar a sus espald
alquimia 3000Narra cómo Gaar, el Desterrado, regresa a la Tierra tras 600 años de viaje estelar. Estamos en 3029, una era postapocalíptica en la que la Civilización Humana se ha reseteado.
alucinante planetaHasta entonces, mi labor había sido puramente rutinaria. Creo que como la de todos los componentes de aquella expedición de rescate. Pisar la Luna se había vuelto demasiado vul
amazonas de las galaxiasLa supernave Galax-09 era como un destello de luz perdido entre millones de luces cósmicas. Como una estela luminosa trazada por un astro errante a través de la negrura infinit
amenaza al 10 de downing streetEl diez de Downing Street… Sí. Aquí termina tu pista, sabio policía… Es divertido, ¿eh, inteligente polizonte? Muy divertido. Para mí, por supuesto… Imagino que tú te sientes d
androide armageddonViajar por el universo podía ser divertido para algunos. A él le aburría soberanamente hacer siempre lo mismo. Y, sobre todo, tenerse que alejar tanto de su casa y de su vida e
ángel exterminadorEstaba lloviendo ligeramente en el aeropuerto de Nueva York cuando descendí del avión procedente de Chicago. El reactor de la Eastern Airlines tomó tierra en su zona habitual,
ángeles, llorad sangreEl hacha cayó con violencia.Las dos cabezas saltaron bruscamente de los cuellos de sus respectivos dueños, segadas de forma brutal por la afilada hoja del instrumento. Un cauda
anoche fuí ejecutadoFue un día especial para mí. Creo que nunca había conocido a personas tan importantes, en tan corto espacio de tiempo. Casi llegué a sentirme importante yo mismo. El doctor Mar
anoche salí de la tumba«Anoche salí de la tumba.»Había temido tanto por ese momento…»Cuando uno muere y es amortajado, cuando la tapa del féretro se cierra encima, y se escucha el golpe seco de las c
anoche salí de la tumba (2 ed)Anoche salí de la tumba.Cuando uno muere y es amortajado, cuando la tapa del féretro se cierra encima, y se escucha el golpe seco de las cerraduras ajustando el fúnebre arcón,
antimateriaEl primer meteoro cayó sobre la Tierra en 1908. Su lugar de impacto, fue una colina remota, en las proximidades del curso del Podkamenaia Tugunska. A menos de cien yardas de Ka
aquel que dominó el mundoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
araña humanaTodavía me pregunto si he hecho lo más correcto viniendo aquí en una noche semejante.Pero la oferta es demasiado tentadora para un hombre como yo, con serios problemas financie
asesinato en el mundial-74El dardo mortal partió en medio de la llovizna de aquel día trece de junio en que se jugaba la jornada inicial a las cinco de la tarde, hora local de la World Cup Soccer 74, en
asesinatos en cementery streetNo era un espectáculo nuevo para los habitantes de Nueva Orleáns. Le veían día a día en aquella zona. Hasta Tenessee Williams lo había plasmado en su vieja obra teatral, aquéll
asesinatos sin asesino—HE venido a entregarme, sargento. —¿Entregarse? —el sargento Killey enarcó las cejas, contemplando al recién llegado con fijeza—. ¿Por qué motivo? —Por un asesinato. Hubo un s
asesino cósmicoEse lugar puede que sea bueno, no lo sé. Aún no puedo saberlo. Estoy demasiado lejos. Pero tiene aspecto de resultar aceptable. Sí, seguro que lo será. Tiene un bello color azu
asesino en las estrellasIris miró atrás, con ojos en los que se expresaba claramente el miedo. Sus pupilas violáceas, jaspeadas y hermosas, brillaban con un fulgor cristalino, dilatadas y temerosas.Si
ballet cósmicoEl pueblo contaminado vio partir la nave. La nave. Era como una simple estela de luz, perdiéndose hacia el infinito. Hacia un mar negro, hecho de centurias de tiempo, y de remo
boda de ultratumbaEl disoluto millonario Desmond Doyle ha dilapidado su fortuna. Arruinado, abandonado por su novia, perseguido por multitud de acreedores y consciente, aunque tarde, de la desco
brigada antivicioJerry Sykes probó el blanco polvo levemente. Chascó la lengua. —De primera calidad —asintió con gesto complacido—. No esperaba menos de usted, desde luego. —Yo siempre trabajo
brigada de narcóticosSonny Rat Simpson era un tipo que justificaba su apodo. Tenía rostro de rata, de hocico alargado, boca estrecha, dientes desiguales, sucios y afilados, un bigote hirsuto y rubi
broadway storyEstaba nevando mucho en aquel momento. Ella y yo casi chocamos al empujar las puertas de las oficinas simultáneamente, no sé si por nuestro común afán de huir del frío exterior
cadáver repetidoSalí de la celda. Caminé tras el celador, hasta que dos funcionarios me tomaron para conducirme a la sala de comunicación de la penitenciaría. Me preocupaba quién podía ser mi
cadáveresLa primera persona en intuir la verdad fue una mujer.Las mujeres han tenido siempre una rara sensibilidad para captar aquello que los hombres, habitualmente, tardan mucho más e
cadáveres sin almaLa multitud se iba hacinando en la plaza pública, rodeada por las almenadas murallas del castillo medioeval. Las antorchas, en muchos puntos, se alternaban con faroles de aceit
cámara de los horroresSeñoras y señores, al fin…Al fin hemos llegado a la…CÁMARA DE LOS HORRORESSu guía soy yo. Entren, entren, por favor. No se queden en la puerta. El frío que sienten en su nuca e
carne que crujeAltivamente, conteniendocuanto le era posible el llanto que pugnaba por saltar de sus límpidos ojoscelestes, la muchacha dio media vuelta, ondeó su rubia melena con el movimien
carruaje fúnebreEn el silencio que se produjo, sólo dos sonidos fueron audibles: el chirrido de la puerta enmohecida del cementerio y la cuenta imperturbable del notario McLower:—Uno, dos, tre
cartas del futuroPero yo, cuando tomé el sobre con el sello color plata, no podía ni imaginar lo que ello significaría en mi vida… y en la de otras personas.Aparentemente, era una carta como to
cementerio cósmicoTodavía hoy, en muchas ocasiones, me despierto bruscamente, bañado en helado sudor, convulso, saliendo de alguna de las aterradoras pesadillas que me asaltan desde que todo aqu
cena de traidoresEl cheque, ciertamente, estaba allí, prendido a la misiva, que se había escrito en papel beige, recio y crujiente, lo mismo que el sobre. Quinientas libras, pensó Sir Brian Woo
centuria xxvEl estruendo de las batallas fugaces y devastadoras era ya solamente olvido y mutismo. Velos de silencio, como jirones espesos de nieblas eternas, flotaban sobre aquel lugar. Y
cerebros cautivosEl delincuente se había encerrado en la Torre de la Ciudad.El agente de Seguridad Wadko escudriñó el resplandeciente recinto cilíndrico, rematado por la gran plataforma visual
chantaje al mundoTodo comenzó con un vulgar secuestro. Vulgar, porque la moderna historia del mundo está llena, día tras día, de sucesos análogos en cualquier parte del planeta. Vulgar, porque
cibernautaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
cinco discos de jadeJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
ciudad omegaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
colapsoSheila Roberts conoció a Alan Conway de un modo enteramente casual. Ambos habían sido enviados a un mismo pabellón del centro médico porque padecían cosas semejantes. Ella fue
colores de violenciaBarton Shapiro no podía hacer nada. Nadie podía hacerlo. Los muchachos de cazadoras negras, con los emblemas de halcones llameantes en sus espaldas, estaban arrasando el superm
contra los dioses del odioJerry Ranko, one-man-army, una infalible masa muscular al servicio de USA, llega a tiempo para frustrar él solito el secuestro de un avión de la TWA. Se infiltra en mitad de un
contrato para un asesinoSonó el timbre del teléfono. Fue como si súbitamente se desgarrase el silencio apacible con un trallazo de violencia inesperada. Y, sin embargo, sólo era eso: el timbrazo del t
corredores en la menteEstán practicando mi autopsia.Dios mío, con qué fría indiferencia, esos hombres que rodean la mesa hunden su serrucho en mi frente y comienzan a serrar. El hueso de mi bóveda c
cráneo de aceroUn misterioso asesino que parece tener el cuerpo cubierto de acero está matando a los agentes secretos británicos más destacados. El jefe del Servicio Secreto decide que Darrin
creador de materiaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
criaturas artificialesEl gran edificio blanco ocupaba la colina.A sus alrededores, grandes extensiones de tierra aparecían acotadas por las vallas metálicas que impedían el paso a toda persona ajena
crimen en el siglo xxiPareció vacilar unos momentos. Miró a uno y otro lado de la apacible y recoleta calle londinense, apenas transitada a aquella hora de la tarde y con tan frío cierzo recorriendo
crimen en la menteHa vuelto a ocurrir. Fue anoche. He despertado tembloroso y bañado en sudor. Creí que no iba a pasar de nuevo. Pero no ha sido así. Otra vez he vivido la misma terrible experie
crimen en primera personaEncontraron a la víctima demasiado tarde. Hacía una semana del asesinato. Una larga semana. Especialmente, fue larga para mí. La más larga de todas las semanas de mi vida. Día
criminal prefabricadoMe quedé mirando fijamente a mi visitante. —Estás loco —dije—. Rematadamente loco. Luego resoplé, sacudiendo la cabeza. Me limpié un lado de la cara con el cold cream del pote
crónicas galácticasSuspiró, cerrando el grabador magnético. Dirigió una mirada aburrida a la gran pantalla panorámica que le proyectaba la ampliación de la imagen televisada del exterior, siempre
cuando aúlla el loboLuego, nuevos zarpazos bestiales cubrieron de sangre aquella figura yacente, entre alaridos desesperados y estremecidos de la infortunada víctima. Forcejeó ella, luchó por apar
cuando salga del ataúdEs extraño, singular, el momento en que uno pasa de la vida a la muerte. Quisiera hablar ahora de ello, expresar lo que se siente y lo que deja de sentirse. Pero empiezo a duda
cuando tiemblan los cipresesHabían llegado. Y lo sabían.La mujer miró al hombre. Y él a ella. Los ojos de ambos reflejaban una expresión parecida. Había en ella una mezcla de temor y de alivio, de esperan
cyborgBolsilibro de Juan Gallardo Muñoz.
dama de senos mutiladosEl coche patrulla de la policía de Los Ángeles se desvió de la asfaltada avenida para introducirse entre los setos y arboledas de la zona ajardinada, sin dejar de hacer girar l
damas bajo la lluviaLa estación de gasolina quedó atrás. La radio empezó a emitir música de rock duro. Una mano giró el dial y elevó el volumen de la emisión, hasta que la música lo invadió todo,
damas, whisky y sangreLlamadme Johnny. No, no es que pretenda plagiar a Melville y escribir otro Moby Dick. Líbreme Dios de semejante cosa. Ni siquiera me llamo Ismael. Supongo que tampoco el person
de entre las sombrasTodavía le duraba el asombro a Wanda. Asombro por todo lo que estaba sucediendo en relación con el desaparecido Howard Kohlmar. Ella había sido, simplemente, secretaria del mil
de mente a menteMirna dejó de besarme. Separó de mi boca sus labios carnosos, restallantes de sensualidad. Me miró, maliciosa, con sus claros ojos chispeando ironía. El semáforo del puente hab
dedos asesinos—Muriel Caine. Camarera de restaurante. Veintidós años.—¿No hay duda sobre la identificación?—Ninguna. Es ella. Tiene su documentación. Coincide la fotografía. Además, la he vi
dedos de plataSerie M-31, agente secreto Nº 1. Se abrió la puerta de la Legación. Asomaron los dos hombres uniformados. Escudriñaron a un lado y otro del jardín, hasta la verja que limitaba
depósito de cadáveresEra la Muerte misma.La más increíble y atroz apariencia de la Muerte. Su descarnada, purulenta presencia.Bajo el arrancado manto púrpura, estaba el horror mismo que una mente e
derby—... En estos momentos, señoras y señores, inician la recta final «Thunderball», «Silver Arrow» y «Centella», por este orden. Va muy fuerte «Thunderball» y no parece fácil desb
desde el libro de los muertosEra agradable encontrarse viajando ya, por encima del Canal de la Mancha. Atrás se quedaba Londres. Y con Londres la popularidad, el revuelo, las molestias de ser repentinament
desde ultratumba—Doctor Heinrich, aquí tiene los datos clínicos de ese hombre. Ha soportado sin comer ni beber mes y medio, en Buchenwald. Ha sufrido hasta cuarenta grados bajo cero, descargas
desnudo para el crimenLa joven caminó hacia el estrado. Era como ver a Eva pisando sobre el terreno paradisíaco. Bostecé, tomando el carboncillo. Había visto muchas Evas, quizá demasiadas. No me pod
después de mi asesinatoCUANDO vi aparecer el arma por la ventanilla, supe que no había remedio. Era mi muerte cierta. Irremediable. Traté de defenderme, por supuesto. Pero estaba seguro de su inutili
detective en el tiempoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
detective privadoMI nombre es Rory. Completo, Rory Angel. Más completo todavía, «private eye». Ustedes ya saben lo que es eso. No es que mi ojo sea privado ni tenga nada especial que los demás
diablo con dedos de vidrioJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
dinastía diabólicaLa gitana levantó los ojos al ciclo.Ojos negros, profundos, relampagueantes y atávicos como su propia raza. Ojos que escudriñaron el poco antes limpio cielo azul del verano. En
diosa de los muertosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
dioses del mañanaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
doctora jekyllEmpujó la puerta. Empezó a ceder, con crujidos siniestros, como los produciría la tapa de un féretro al ser abierto. En el fondo, era tan parecido… Algo muerto reposó allí dura
dorada piel de alacránEl punto de partida es la picadura de un alacrán en el tobillo de una bella turista sueca. El segundo acto es su asesinato segundos después por un asesino vestido estrafalariam
drácula 75«… Creo que lo hemos encontrado. Hago un alto para escribir estas líneas apresuradas y tensas. Estoy nervioso, impaciente. Tiemblo de excitación, como ocurre siempre que uno es
dragón de chinatownLa chica, se murió en mis brazos. Poco antes, estaba llena de vida. Y llena de todo, especialmente en ciertas partes de su anatomía, tan visibles como las colinas en un terreno
dragones del kárateEl profesor Tokuga Nara, se incorporó lenta, majestuosamente. Había terminado su adoración a Buda en el pequeño recinto destinado a la meditación y a sus oraciones cotidianas,
ejecutor sobre washingtonEra solamente un helicóptero. Iba pintado de color amarillo y azul, y lucía en su cola una especie de estela fosforescente en el atardecer, anunciando una famosa marca de cigar
ejecutores de mundos s. a.No podía dar crédito a su mente, a lo que estaba pensando. A lo que conocía en estos momentos.No sólo eso, sino que nadie, absolutamente nadie en parte alguna, podría jamás dar
el 32 de diciembreSiempre había sido una fecha solemne aquélla. Siempre se celebraba con esplendor, con un entusiasmo que muchas veces no quedaba luego justificado en absoluto, al adentrarse en
el asesino escribe su diarioEstá lloviendo mucho esta tarde. No me gusta la lluvia. Me irrita. Me produce dolor de cabeza. Un intenso dolor de cabeza. Y me deprime. Me entristece. Todo lo entristece. La l
el asesino que no existíaÉsa es mi tarjeta de visita. Huelga mencionar en ella mi oficina está situada en la isla de Manhattan, y justamente frente a Central Park, a la altura de las calles Setenta y C
el asilo del páramoEl asesinato de Saint George Street fue un hecho tan sanguinolento comoruidoso. Ocurrió justamente al lado deun pub tan conocido y pintoresco como The George, queocupaba por en
el carnicero de montmartreUna noche un hombre, con paso lento, firme, seguro, avanzaba por la callejuela empedrada, vieja y tortuosa, perdiéndose entre casas de vecindad y algún que otro local nocturno
el cerebro del dragónPero era inútil. Los nuevos zombis de Oriente, las máquinas asesinas del doctor Fu-Manchú, siguieron, implacables, su marcha, aun con sus rostros y cuerpos agujereados. Cayeron
el circo del miedoUn sordo gruñido pugnó por escapar de sus cerrados labios cuando descubrió, en las manos enguantadas del siniestro payaso, un instrumento de su leñera, que destelló al reflejo
el club del crimenEstaba hecho. El hombre yacía frente a él. Sangraba su cabeza. Los ojos, vidriados e inmóviles, la boca contraída. También corría sangre por la comisura de sus labios. El cuerp
el coleccionista de espantosUna fría sonrisa era la respuesta. Una mirada cruel e implacable, desde el rostro que al fin se revelaba ante él, sin necesidad de mediar palabra alguna. No hacía falta tampoco
el cráter del terrorUn noche lluviosa en Londres, sir Dorian Clemens salva a una mujer que iba a suicidarse. Resulta que esta mujer padece amnesia, no recuerda ni su nombre. Únicamente se sabe que
el crimen pinta «pósters»Historia sobre un negro inquieto que para defender a su amada se entrega a la policía como responsable de un asesinato que no ha cometido, y que aparentemente ella sí, aunque n
el culto de la carne sangranteCuando Cary Craig volvía a casa de noche tras pasar un buen rato con una de las alegres chicas de cierto club de la ciudad, no podía imaginar la gravedad de los hechos que iba
el día de la pesteNo soy un hereje. Sabes que soy tan buen cristiano como tú y como todos nuestros vecinos y amigos. Además, en tierras del Señor de Falsborg, ¿quién nos iba a procesar por herej
el diablo en saint-justEra una pequeña estación después de Cayeux-sur Mer, antes de llegar a Boulogne-sur-Mer. El tren de París-Amiens-Calais, que tenía su origen en la Gare du Nord parisina, y enlaz
el discípulo de frankensteinAferró una sábana más, la tercera mesa a su derecha. Tiró violentamente, encarándose con otra macabra hilera de cuerpos ya cosidos por los precipitados cirujanos de la autopsia
el enigma de los siete muertosEra mala cosa quedarse sin trabajo. Y era peor aún, que eso hubiera sucedido precisamente allí. En aquel lugar. Pero había sucedido. No valía pensar en otra cosa, porque hubier
el fantasma de baker streetShylo Harding, joven escritor norteamericano de novelas pulp, viaja a Londres de vacaciones para visitar la famosa mansión-museo de Sherlock Holmes situada en el 221 de Baker S
el filo de las tijerasFrank Corman examinó atentamente la gran ampliación fotográfica en color. Resultaba terrible y estremecedora. Al menos, lo hubiera resultado para alguien, pero no para él. Fran
el gabinete del doctor sangreLuego, unos recipientes de plata, fueron depósito de palpitantes, rojos, estremecidos órganos humanos, que cuidadosamente, el bisturí iba cortando, seccionando sutilmente, sin
el gato que ríeEl cuerpo flotó dentro del agua, con el rostro terriblemente deformado por el horror de la muerte en plena asfixia. Los ojos desorbitados, la boca convulsa, hablaban claramente
el hombre biónicoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el hombre del millón de rostrosBen Colby entró aquella mañana en los laboratorios del pabellón de investigación química de la Universidad de Berkeley, California. Fue una visita casual, casi rutinaria, para
el hombre omegaOmicrón-2 se desperezó inesperadamente. Y terminó un sueño de siglos. Omicrón-2 no notó cansancio. Tampoco advirtió aturdimiento o torpeza en sus reacciones internas más elemen
el horror llegó del marLa historia había empezado hacía ya mucho, muchísimo tiempo. Pero eso, nadie o casi nadie lo sabía. Y los que se atrevieron a mencionarlo alguna vez, fueron tachados de locos o
el ídolo que viveJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el jardín de los suicidasJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el juez que fue verdugoUn revuelo. Disparos de flash fotográfico, murmullos, confusión. Lo de siempre en momentos así, sobre todo cuando un proceso alcanzaba el alto grado de tensión y de expectación
el manuscrito del destripadorLa misteriosa, desconocida personalidad de Jack el Destripador, el asesino que ensangrentó Londres en 1888, ha despertado siempre la atención de los escritores de toda época y
el miedo tiene ojos—¿Qué hora es? —Las doce y media. Ya preguntó lo mismo hace diez minutos. ¿Por qué no descansa, Reeves? Mi enfermera se mostraba paciente. No podía saber si era bonita o fea, j
el monje sangriento«Su espíritu y su maldad son inmortales. Pactó con Satán. El diablo le hizo eterno, porque él simbolizaba el Mal. Él cambió a todos los caballeros monjes de la Abadía. Él convi
el monstruo gritó en silencioJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el mundo del viento cósmicoLentamente, los rostros de los demás viajeros se volvieron hacia él. Todos reflejaron una misma expresión de incertidumbre, casi de zozobra y temor.—¿Grave? —se atrevió a indag
el negro libro del horrorEstá escrito.Quien encuentre el Negro Libro del Horror y abra sus páginas, desatará los más terribles males sobre la Humanidad. Algo así como una nueva y alucinante Caja de Pan
el ojo de diosEl comandante consultó su cuaderno de bitácora electrónico en la pantalla tridimensional.Día cinco mil seiscientos doce del período Postnuclear, centuria treinta, sector tempor
el otro universoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el pánico invisible—George, ¿por qué hiciste vaciar la sepultura de tu primo Duncan? —preguntó de repente—. ¿Te lo ordenó su hijo, acaso?Algo ocurrió en George. Se irguió, asustado. Sus ojos se d
el perfume de la dama negraEL juez Bruce Aymler abandonó su despacho un poco tarde aquella noche. Había tenido mucho trabajo durante todo el día, a causa de aquellos dos casos a presidir durante la seman
el pez de los ojos de oroLos peces. Peces dorados, rojos, azulados, irisados. Peces de todos tamaños y colores. Peces en el azul luminoso, radiante. En los acuaramas gigantescos, separados del público
el presidente que no existióSorprendente novela, en la cual, lo que parece ser un «simple» magnicidio, se convierte en el descubrimiento por el agente M-31 de una fantástica conspiración, cuyo fin es la i
el rostro del horrorEntre los hermosos cabellos rubios oscuros, asomaron sus escalofriantes ojos sin párpados, pestañas ni nada que no fuese el cerco sangrante alrededor de sus terribles órbitas d
el rostro tras la cortinaEl disparo restalló acremente en el callejón. Un cercano silbido reveló a Duke Slatery que la bala no había pasado precisamente lejos de su cabeza. Eso dio alas a sus pies. Ech
el sabor de la violenciaLa mujer de los cabellos rojos supo que iba a morir. Era demasiado tarde, sin embargo, para volverse atrás. Había llegado hasta allí con la idea de poner en claro, de una vez p
el satéilte h-30 no contestaEl astropuerto de Planetópolis quedó atrás. Se elevó rápido el Dungflier en las alturas, como un ágil mosquito de metal que buscara despegarse del suelo lo más pronto posible.
el señor del tiempoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el signo 13 del zodiacoEntre 1968 y 1969 se produjeron en California los crímenes de El Asesino del Zodíaco, y se estableció la correspondencia con los periódicos Vallejo Times Herald, el San Francis
el signo del alacránJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
el síndrome del miedoDonald Lee tenía miedo. Miedo auténtico. Tener miedo es un sentimiento profundamente humano y, por ello mismo, nada sorprendente ni anormal. Pero en Donald Lee sí era realmente
el sol de los diosesLev, furioso, logró incorporarse, precipitándose hacia Pan. Esta vez, con su arma de cargas térmicas en la mano, dispuesto a terminar con la diabólica divinidad, contra toda le
el teatro de los horroresEl Morgue Hall era un teatro distinto. Muy distinto a todos los demás de Londres.El programa que por entonces se representaba, ya era todo un poema. La cartelera no podía resul
el templo de los siete ídolos¿Os acordáis de "Cuentos del Mono de Oro", la serie de televisión acerca del piloto de un hidroplano y sus aventuras indianajonescas en unas islas paradisíacas? ¿En la que el p
el tesoro del sol nacienteEl enorme cocodrilo se precipitó sobre él con sus gigantescas fauces abiertas. La cola del saurio se agitó en el aire cuando su cuerpo escamoso golpeó la figura musculosa, prie
el único que volvióEl proyecto había sido un absoluto fracaso que costó muchos millones de dólares a la administración norteamericana y sus resultados distaron mucho de ser lo halagüeños que la N
el veneno del escorpiónPara cualquier ser humano normal, aquélla hubiera sido una noche realmente de terror. Pero Rufus Kinlay era cualquier cosa menos un ser normal, tanto en apariencia física como
el viento de los muertosEl constable Warren resopló, empujando la puerta vidriera del local. Una vaharada de aire caliente y confortable azotó su rostro rubicundo bajo el casco del uniforme, con olor
el yate del pánicoKarin Desmond se sentía feliz aquella mañana. No le faltaban motivos para ello. Ganar un concurso en el que jamás tuvo la menor confianza, y verse trasladada, súbitamente, desd
el yetiEra aquel sonido.Aquella extraña resonancia en la noche, más allá de los fantasmales muros de blanco y endurecido hielo…Un rugido. La voz de algo viviente, emitiendo un gorgote
el «dossier» escarlataLa presenta novela ofrece una estructura peculiar, pues va entrando poco a poco en la historia, ofreciendo una perspectiva poliédrica del entorno donde se ubica, las oficinas d
ella no existíaHabía dejado de llover poco antes. Era habitual en otoño que aquella región registrase lluvias, incluso bastante más intensas y prolongadas que la de aquella madrugada y primer
embajada de lo imposibleJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
en busca del eslabón perdidoLord Kellaway entra en conocimiento de un gran hallazgo: el eslabón perdido existe, y se encuentra en una isla perteneciente a Indonesia. Por si esto no fuese incentivo suficie
enviado de los diosesJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
escorpiones de oroDustin Keller, reportero y aventurero a partes iguales, se encuentra filmando una importante rueda de prensa en la que el profesor y también aventurero Neil Bascomb, recién lle
esfinge cósmicaHabía sido un error.Un grave error. Un imperdonable y terrible error. Pero no podía acusar de ello a nadie. No podía enfurecerse con nadie, porque todo y todos estaban demasiad
espectroLa muchacha de cabellos rojos y sueltos, de belleza agresiva y sensual, tomó la gran carta, abriéndola displicente para elegir su cena.Karin tomó la suya. La abrió. Miró la lis
estudio en negroEstaba lloviendo de nuevo.Las gotas de agua iban martilleando en las amplias vidrieras inclinadas de la buhardilla, para luego resbalar como lagrimones sobre el cristal, emborr
excalibur de andrómedaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
f. b. i…, ¡jaque mate!—Evidentemente, es nuestro mejor hombre. —Lo es. Pero ¿valdrá la pena sacarle de su actual misión en el Medio Oriente, para encomendarle algo tan complejo y falto de perspectiv
fabricantes de diosesJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
fantásticoAnoche tuve un extraño sueño. Soñé que el Old Royal Comedy volvía a ser levantado, y que sobre los cascotes de sus ruinas, un edificio sorprendentemente parecido a aquel Old Ro
fase onceJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
firmado: «spectro»El sargento Dykers enarcó las cejas, todavía perplejo ante el diálogo breve y absurdo que había acabado de sostener con su superior en el departamento de policía de Los Ángeles
frío mortalJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
galaxia mortalJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
galaxias enemigasHoy en día, el sabio reinado de la Dinastía Urh permitía una larga y próspera paz a los pueblos de Ikkar. Los ejércitos habían sido virtualmente licenciados, salvo unos escasos
gente de oroEl sheik Abdullah El Feisal, del Emirato Árabe de Mullahj, sonrió complacido, mirando con una nueva luz en sus negros ojos cansados el paisaje urbano que podía distinguirse des
gritos en la nadaEra un viaje perfectamente rutinario. Como tantos otros, hechos una y otra vez anteriormente. Ninguna novedad a bordo, nada nuevo que alterase la monotonía de aquel periplo que
halcón de plumas de oroLa puerta no produjo el más leve ruido al abrirse. Los ojos astutos y fríos asomaron al corredor. Recorrieron de un extremo a otro su desierta extensión tenuemente alumbrada en
harlem storyLos Back Water Blues tenían una especial ternura, un desgarrador aire de lamento y de plegaria, en los labios carnosos de aquella mujer joven y hermosa, de piel de ébano, ojos
he matado a alguienNO sé lo que es. Aún no lo sé. ¿Principio? ¿Final? Solo Dios lo sabe. Yo, al menos, no puedo saberlo. Estoy ante el final. Y estoy al principio mismo de todo. Es como si la vid
hermandad siniestraEstaba sentenciado. Y lo sabía. Tenía que morir. Ahora luchaba por evitarlo. Pero íntimamente, sabía que existían noventa y ocho probabilidades contra dos, muy escasas y proble
hija de las tinieblasSe volvió la niña. Habíaempezado a llover. El cielo, sobre su cabeza, era de un color plomizo, como loera siempre en aquella región, día tras día, durante todo el largo y tedio
horas de terrorAbrió los ojos. Miró en derredor. No entendió nada. No le resultaba conocida aquella moqueta. Ni los muebles. Ni tan siquiera las lámparas encendidas. Lo único familiar era la
horror en los estudios filmstarEl empresario de urbanizaciones no dijo nada. Se alejó, tambaleante, como si no pudiera entender nada de todo aquello, aunque no permaneció muy lejos de luces y personal, quizá
horror galácticoBip-bip-bip-bip-bip... Era el sonido monocorde, invadiéndolo todo. A bordo, no se escuchaba otra cosa, en aquel profundo y casi infinito silencio. BIP-BIP-BIP-BIP-BIP-BIP... Ha
horror llovido del cieloJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
hotel de horrores«Sea bien venido, señor... A sus pies, señora...Entren, por favor, en buena hora en esta su casa.El personal está a su servicio para todo. Durante las veinticuatro horas del dí
insólita dimensiónJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
internado de diabólicasEn ese instante, Muriel vio el rostro en la ventana, tras los cristales de los cerrados postigos.El rostro horripilante, monstruoso, parecía flotar allá, en la negra noche, ent
invierno en el infiernoJim Tonic era el mejor compañero que se puede desear para cualquier aventura. Lo descubrí cuando me sacó, primero de aquella perdida ciudad africana y, después, de la «civiliza
invitad un monstruo a cenar¿Es el monstruo quien siempre produce el terror?Tal vez sí, por una serie de factores temporales que sería inoportuno mencionar, pero… ¿qué sucede cuando el monstruo puede ser
invulnerable—¿Ralph Davis? —Sí. —¿Su pasaporte, por favor? —Por supuesto. Aquí lo tiene. La mano del funcionario de policía tomó el documento. Lo abrió. Examinó la fotografía y miró al hom
isla de la cafeteraJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
isla de la calaveraNada más comenzar la historia, asistimos a la huida de un grupo de personas que se disponen a irse en un buque. Huyen de una rebelión en el África Ecuatorial, donde son persegu
jaula para un ratón ciego¿Puede ser la clave de una sangrienta serie de asesinatos... un simple ratón ciego? Los ojos de un roedor, que no ven... Los oídos de un hombre, que no oyen, ¿pueden dejar de v
jubileo macabro«Los ojos del asesino se fijaron en ella.Era la cuarta por la izquierda. La más rubia, aunque no la más bonita del conjunto. Bailaba bien y tenía una figura armoniosa. Además,
kárate contra kung-fuAlan Foreman, escritor de profesión y practicante de karate, está en Hong Kong buscando historias sobre las que escribir cuando decide ir al cine al estreno de la última pelícu
la canción del asesinoEl hombre estaba nervioso. Encendió el cigarrillo temblándole la mano. Miró en torno suyo, inquieto, y se humedeció los labios con la punta de la lengua. Luego tomó el frasco p
la carta número sieteEl albornoz rojo y blanco se abrió en dos con un rasgueo de cremallera. Cayó a los pies de la bañista. Se descubrió un cuerpo escultural, color de bronce. De largo cuello, flex
la ciudad volará a las seis—¡Ya está! —dijo roncamente Héctor Rizaldo. Y sonrió, enjugándose el sudor del rostro y poniendo el mecanismo mediante una simple presión en un botón rojo. Peter Schartz asinti
la clave está en munichPara mí, todo empezó aquella madrugada. Cuando abandonaba el hotel Ambassador, en el Quai des Berges de Ginebra, para tomar uno de los trenes vía Berna, hacia Zúrich. Quizá hab
la conjuraSobre el fresco inquietante de un Madrid repleto de contrastes, donde unos pocos exhiben su riqueza y los más se debaten entre la miseria y el hambre, capital de un imperio tan
la criptaEl diluvio se hizo torrencial, y la magnitud de la tormenta cobró caracteres casi apocalípticos, en especial para quienes no estuvieran demasiado habituados a residir en aquell
la cripta del dios de jadeJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la dama de oroFrankie Reno abandonó las amplias y modernas oficinas de la Import and Export Foods Co, empresa dedicada, como su nombre decía bien claramente, a importar y exportar alimentos
la dama del crimenTal como prometiese en su programa electoral camino de la Casa Blanca, Franklin Delano Roosevelt, apenas nombrado Presidente de los Estados Unidos (1933), lo primero que hizo f
la dama que gritóDirigió una mirada distraída al multicolor escaparate del puesto de libros y revistas, tras adquirir el paquete de cigarrillos. Dudó entre adquirir un ejemplar de una revista i
la ejecución será a las seisYa falta poco. He preguntado la hora hace unos minutos. El celador se ha resistido a dármela. Pero al fin lo ha hecho, de mala gana. Las cuatro menos veinte minutos. Ya es esa
la espada de oroJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la espantosa muñecaEstoy seguro de que jamás podré olvidar aquella horrible experiencia en mi vida.Aún ahora, volviendo la vista atrás, me pregunto si es posible que yo viviera momentos tan angus
la fase finalJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la helada voz de los muertosCreo que aquel día empezó todo. Trivialmente, de un modo insospechado, como empiezan siempre todas las cosas, trascendentes o no. Yo no lo sospeché en ningún momento. Entre mis
la isla de los espíasEl mismo día, tres personas muy distintas tomaban diversos vuelos hacia el Caribe, desde remotos confines del mundo, muy alejados asimismo entre sí. Desde Moscú partía en un vu
la laguna de la juventudLa tormenta quedaba atrás. Había sido una dura prueba para el viejo barco de cabotaje. Aquel mar, ahora tranquilo y terso como un espejo, reflejando las brillantes estrellas y
la larga y oscura nocheLa nevada se estaba intensificando. El frío, también. A pesar de funcionar la calefacción del automóvil a la perfección, Mark Keegan notó frío. Sus manos, aun protegidas por lo
la leyenda de la bestia—La Bestia… Dios mío, no puede ser posible… ¡No puede ser!Pero instintivamente sus ojos se dirigieron a un punto de su gabinete donde un reflejo del sol nublado, filtrándose en
la madrugada de dolanSeñor Dolan:Yo, Randolph Taylor júnior, albacea testamentario de Barnaby Dolan, puedo anticiparle que, según voluntad expresa del testador, todos los parientes que heredarán a
la madrugada de los cadáveresBruscamente, algo emergió del rio. Algo extraño, insólito. Parecía… parecía un ser humano, saliendo de las aguas, pero con una extraña rigidez, como si fuese una estatua de pie
la maldición del vampiro plateadoAllí lo tenía al fin.Ante él. Tendido, como dormido apaciblemente. Lívido, de un amarillo céreo. Con regueros de sangre seca en las comisuras de sus exangües labios…—¡Drácula!
la mano leprosaEra una fría mañana del invierno londinense. El cielo aparecía encapotado, la luz era grisácea y gélida, y la temperatura bajísimaHabía estado nevando toda la noche sin cesar,
la mansión rezumó sangrePorque justamente en medio del camino, yacía aquel cuerpo bañado en sangre, como una piltrafa teñida de escarlata vivo.Y eso, con ser terrible, no lo era tanto como la dama erg
la más extraña misiónQuizá por eso siguió un largo silencio a su manifestación, mientras yo me frotaba la barbilla, pensativo, con la mirada fija en aquel enorme mapa de las Islas Británicas que oc
la máscara de carneLos ojos de la muchacha dejaron de expresar el miedo. Ahora era el pánico, el horror, lo que se reflejaba en ellos. Miedo al ser que descendía por la escalera de caracol, con p
la máscara «kendo»El primero en morir violenta y extrañamente, fue Toyo Tomura. Pero no le llevó demasiada ventaja a su hermano Saki. Solamente unas pocas horas, pese a que cada uno de ellos est
la metrópolisJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la muerte asiste a la bodaDan Cameron recibió la participación de boda pocos días antes de que ésta tuviera lugar. Pero estuvo a punto de no recibirla. Acababa de regresar de África, de un largo y atrac
la muerte dentro de mí—Asesinado. Eso es lo que han hecho conmigo; asesinarme. Tan clara y deliberadamente como si me hubiesen acuchillado con un agudo estilete, atravesándome el corazón. O como hin
la muerte en viaje de noviosNos casamos en una pequeña población cuyo nombre había olvidado a la media hora justa de efectuada la ceremonia nupcial. El juez de paz tenía una casita tranquila y solitaria,
la muerte invisibleLord Percival Ashcroft respiró con fuerza y pasó el pañuelo por su rostro. Lo retiró empapado de sudor. Un sudor frío y copioso que daba un brillo casi grasiento a su ancha faz
la muerte ríe de noche—Lo siento, Barry. Voy a dejarte. La miré largamente. En silencio. No dije nada. Fui al mueble-bar. Lo abrí. Su iluminación automática hizo destellar el hielo dentro de mi vaso
la mujer reptilLos ojos del médico forense se clavaron en un punto determinado del cuello, y los dedos trataron de aplanar allí un poco la inflamada epidermis violácea, como en busca de algo.
la nave del espacioAbrió los ojos. Alrededor suyo, una forma cilíndrica, cristalina, desfiguraba los contornos de las cosas. Tardó unos momentos en comprender que era una urna plástica la que le
la noche de américa agonizanteJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la noche de la momiaY un simple cadáver, un cuerpo muerto durante milenios, se transformó en la hermosa Hatharit, la perversa sacerdotisa del Espíritu del Mal.En sus ojos llameó nuevamente una luz
la noche de los mutantesJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la noche de los terroresJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la noche de «la cobra»Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la noche del cerebroSé que, llegada a este punto, te preguntarás si no es esto realmente una pura locura, y estoy empezando a convertir mi misiva exasperada y final en una sucesión grotesca de abs
la noche del reptilSu alarido de horror infinito se estranguló en un estertor primero, en un horrible silencio después, cuando la forma de la noche cayó sobre él, le envolvió en un contacto mortí
la noche del samuraiEra una mala noche aquélla. Resultaba especialmente mala para un lugar como la costa californiana, aunque en San Francisco no eran extrañas las noches de niebla, ni mucho menos
la noche en que fui muertoFui muerto en aquel instante. Creo que lo supe un segundo o dos antes de suceder. Quise evitarlo. Y no pude. Sucedió súbitamente. Como ocurren siempre esas cosas. Después… ocur
la noche que se apagó nueva york—Es mi placa, capitán. Aquí la tiene. El capitán Nolan contempló la pieza de metal que, prendida a su funda de piel, acababan de tirar sobre su mesa. Elevó lentamente los ojos,
la noche vuelveNo lo supe. Ni entonces ni nunca. No supe si era un eco dentro de mí. O una repetición de aquella patética, terrible, sorda pregunta, formulada al borde de la muerte, al filo m
la piel de mi cadáver¡Dios mío, no!Eso no... No es posible. No puede ocurrir...Ese cuerpo, ese cadáver, ese hombre muerto y ensangrentado que YO estoy contemplando desde aquí... no puede ser MI PRO
la red de la arañaCorría de algo. Huía despavorido, convertido en un fantasma de terror. Sus ojos desorbitados, inyectados en sangre, habían sido testigos del mayor horror imaginable por cualqui
la reina midasAquel día sucedieron dos cosas importantes en lugares opuestos del mundo. Sin embargo, ambas estaban conectadas entre sí de forma muy directa, aunque nadie pudiera imaginarlo.
la roja sed del vampiroEl grito de angustia y pavor, se convirtió en ronco estertor de muerte, mientras el aleteo siniestro continuaba sobre el cuerpo de la hermosa actriz, y éste se debatía como en
la sombra de la diosa kaliEl resurgir de la terrible secta de asesinos estranguladores de la diosa Kali, siembran de nuevo el terror entre los occidentales afincados en las misteriosas tierras de la Ind
la sombra del faraónCuando Clark Travis inició su viaje, no imaginaba ni remotamente lo que le esperaba en aquel lejano, cálido y misterioso lugar de África adónde iba a llevarle su simple afán vi
la sombra del samuraiJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
la succión de las mujeres-vampiroLlegó a espaldas de la rubia que fumaba, ajena a la presencia enigmática de la inquietante mujer. Alzó sus manos y las luces azuladas del vagón se reflejaron en unas uñas sorpr
la tarjeta del verdugoMark Crabbe lo siguió con gesto huraño. Miraba los muros grises con expresión distante. Le parecía un sueño encontrarse precisamente esa noche allí. Un mal sueño del que deseab
la última galaxiaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
laberinto de asfaltoLo sabía. Ahora lo sabía todo. O casi todo. Era terrible. Demasiado terrible, incluso, para creerlo. Pero era así. Lo había descubierto en el archivo. No había error sobre ello
lady frankensteinY tiró del pendiente.Rasgó el lóbulo de la oreja de lady Jane Charity Brown.Brotaron gotas de sangre del cadáver. Y ella, la difunta, la mujer ajusticiada en Newgate dos días a
largo viaje hacia la nadaAño 227. Después de Cero. No había error. Con aquelcalendario automático, jamás podía haber error. Estaba construido para durarindefinidamente durante cientos de siglos. Con ma
las criaturas del frioJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
las criaturas del vacíoJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
las damas de la muerte remotaLevantó la pistola. Era un arma poco común. Un «Colt Special», calibre 45, muy peculiar, con cañón pavonado. El enorme silenciador, remataba con su maciza forma la colosal auto
las doncellas del horrorSe acercó, alargó el brazo aprensivamente. La llama amarillenta iluminó aquello.Un largo, indescriptible, espantoso grito de terror, brotó de los labios de Sabrina Cole. Sus oj
las espadas del cosmosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
las flores del malHistoria protagonizada por Duncan «Cocodrilo» Dandi (no «Dandy», como dice la portada), un cazador de lagartos gigantes de origen irlandés, putero y cínico, del que queda locam
las mazmorras de saturno—No me gusta esto —declaró el oficial Rand, del Servicio Interplanetario de Aprovisionamiento, moviendo la cabeza con aire sombrío. El piloto Rexton, del Food Container Z-20, d
las morbosas¿Es absolutamente preciso, para provocar el terror en un lector, acumular efectos como la lluvia, los relámpagos y truenos, la noche oscura y tétrica, los elementos siniestros
las mujeres gatoEn la habitación que poco antes era nido de amor, una sombra inhumana se erguía sobre otra que empezaba a ser, simplemente, un espantoso pelele de sangre y carne desgarrada, co
las pirañasHailey ha muerto ya. Soy la sombra vengadora. Una vez, la muerte surgió del agua, Stella. De nuevo la Muerte viene con el agua. Es el Terror. El Terror Acuático que va hacia ti
las ratas están locasFue una extraña invitación. Al principio, era imposible imaginar su verdadera naturaleza. En realidad, hubiera sido imposible aun después, llegar a suponer lo que se ocultaba t
las tinieblas tienen ojosEra domingo. Nunca podré olvidar que era domingo, por muchos años que viva. Aquel domingo resulta tan imborrable para mí, como si de él hubiera dependido todo. Y, en realidad,
leyenda sin tiempoLlegó aquella noche. Venía de una lejana galaxia que era visible desde la Tierra. Una nebulosa conocida aquí como Andrómeda. Para él tal vez tenía otro nombre muy diferente. Ha
licencia de investigadorEsta es la historia de un caso singular. La historia de mi caso más complejo y peligroso. Un caso donde mi vida no llegó a valer un centavo. Y donde las vidas de otras personas
llegada de un trenEl relámpago iluminó fugazmente, con una claridad lívida, el andén de la pequeña estación provinciana. El trueno sonó todavía. Pero el aire olía a sulfuro y a humedad. La lluvi
lluvia sobre mi cadáverEl hombre que se había detenido ante la puerta, vaciló. Hasta entonces, había parecido muy seguro de sí mismo. De repente, esa seguridad se resquebrajaba como por ensalmo. Hume
locura púrpuraJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
londres, 1888Fue el principio de todo. Pero nadie pudo imaginario.Ni siquiera la víctima. A fin de cuentas, ella nosupo lo que sucedía, hasta que fue demasiado tarde para evitarlo. Una afil
los amos del terrorEl reactor tomó tierra sin dificultades en la mojada pista de Heathrow. Era un vuelo privado internacional. Había pedido la debida autorización a la torre de control para tomar
los blancos cisnes sangrientosSally Hoffman dirigió una mirada al reloj del establecimiento. Las cinco y treinta minutos, exactamente. Hora de cerrar. Suspiró, dejando de envolver la pieza solicitada por el
los cien días de la gorgonaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
los cinco cráneosEl día en que murió Homer Hammerstein, el mundo entero se conmocionó. Rara vez el mundo sufre convulsiones cuando muere una persona por simple enfermedad. Esa persona tiene que
los crímenes del invisibleEl cielo negro pareció desgarrarse brutalmente por un momento.Fue como si una gigantesca mano oscura acuchillara la masa de espesos nubarrones sombríos, arrancándole un destell
los cruzados amarillosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
los dientes del murciélagoNunca tuve que venir aquí. Pero pienso que de eso no tuve culpa alguna. El destino jugó conmigo despiadadamente. Sólo así puede explicarse que, tras mi viaje interminable a Buc
los elegidosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
los embalsamadosEran días risueños para la ciudad. Acababa de inaugurarse aquel primero de mayo la magna Exposición Universal, bajo las amplias bóvedas del Palacio de Cristal. Era la primera g
los exorcistasBarney Gregson siguió, con el chorro de luz, el movimiento de aquella figura silenciosa. De sus invisibles labios, tras la melena larga, desordenada y lacia, brotó de nuevo aqu
los extrañosLos astronautas habían regresado. Estaban televisando, vía Mundo-visión, el reportaje en directo de su llegada a la Tierra, tras el viaje espacial en compañía de la anterior cá
los intocables de chicagoA Woody Leman le gustaba el jazz. Es más, se volvía loco por el jazz. Pero esa noche no había ido al Cotton Club en busca de buena música, como hacía siempre. Había otra clase
los jarrones de la muerteJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
los niños del cementerioEl doctor Baxter, perplejo, siguió al sacerdote al interior del cementerio. Caminaron por el suelo enfangado, entre viejas lápidas y cruces ladeadas. Llegaron finalmente al lug
los niños diabólicosUna joven maestra encuentra trabajo como profesora de niños en el retirado y lóbrego orfanato de Loomish Hill. A su llegada descubre con estupor que el director del establecimi
los ojos de la gorgonaLa mitología griega habla de un monstruo femenino, llamado Gorgona. Hesíodo, en cambio, habla de tres Gorgonas. La más conocida de ellas era Medusa. Cada una de las Gorgonas te
los ojos de la iguanaEl maestro Juan Gallardo Muñoz revisita "La criatura de la laguna Negra" (alias "La mujer y el monstruo") de Jack Arnold en una aventura protagonizada por un mercenario bueno.
los ojos del gatoLa sábana cubrió el cuerpo de la infortunada. Sarah Perkins, enfermera de profesión, quedó oculta bajo la tela blanca. Un silencio profundo y tenso reinó en la estancia. Desde
los pasos de los muertosLa puerta de la fonda se abrió bruscamente. Entró un ramalazo de viento gélido, arrastrando llovizna fina y helada hasta las piernas de los que tomaban cerveza o whisky más pró
los que no existenAcababa de abandonar el monorraíl D-107, para tomar una de las aceras rodantes del Nivel Seis de la ciudad, rumbo al centro urbano de Cosmópolis. Como cada día desde que trabaj
los sádicosSupo que todo era inútil. Sintió la fría hoja de acero contra su cuello. Luego, la presión de esa hoja aumentó.Había oscurecido ya totalmente. Los pájaros ocultos en la espesur
los siete del miedo—Estamos a mitad del mes de mayo. Y sólo nos dan de plazo doce días. —Eso significa que antes de fin de mes puede suceder. —Tonterías. Esas cosas no pueden ocurrimos a nosotros
los super hombresSerie M-31, agente secreto Nº 10. Era un arma formidable. Un Colt Special calibre 45, de peculiar, larguísimo cañón pavonado. Y con un enorme silenciador, voluminoso y extraño,
los tentáculos del terror mundialJosef Holzmayer creía saberlo. Estaba seguro de saberlo. Le había costado tiempo percatarse de ello, pero ahora casi podía jurarlo. Y la significación tremenda de esa certeza,
los terroristasSaludó de nuevo y abandonó el despacho del jefe de su Departamento de Alta Seguridad. La puerta se cerró tras él por medio de la cerradura electrónica. El agente AS-101, caminó
los últimos inmortalesJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
los vampiros nunca mueren—Sí, señor —asintió Carpenter, ausentándose, tras dirigir una mirada inquieta al gran bloque de hielo, que Bjorn y el comandante conducían, ahora, hacia el mayor edificio del c
macabro deseoFísicamente, seguía siendo tan hermosa como en vida. Y quizá en ella existiera vida, después de todo. Esa vida que muchos niegan, que está más allá de la vida y de la muerte, m
madrugada mortalSONÓ el llamador de la puerta dos veces. Dos veces zumbó el suave llamador, recién instalado. Yo me limite a indicar con voz grave: —Adelante, por favor. Está abierto. Así de s
manicomioGiró la cabeza, asustado. Dejó de pensar, de dar vueltas al asunto. Algo más inmediato e inconcreto, más estremecedor y angustioso, le había arrancado de sus reflexiones íntima
máquina de matarEl día que murió Matt Walters empecé a pensar que algo oscuro y terrible estaba ocurriendo a mi alrededor. No sabía qué, pero la muerte del bueno de Matt me lo reveló de inmedi
más allá del sepulcroEn la distancia, apareció el litoral, recortándose con verdes y oscuras tonalidades sobre el azul del mar tranquilo, terso como un espejo. Era como si un cálido e imaginativo p
máscara para el crimenEstán buscando mi cuerpo en las aguas del río. Puedo verles desde aquí, buceando y dragando ese cauce turbio y sucio que serpentea entre los árboles y los cultivos, en direcció
máscaras en la nocheEl proyector zumbaba débilmente en la penumbra, hecha de negros, grises y un blanco deslumbrante. Su motor apenas si era un ronroneo de fondo al diálogo recortado, seco, incisi
me maté a mí mismoUna ambulancia misteriosa penetra en un área restringida. En una celda del corredor de la muerte un preso espera su fatal destino. El preso sólo puede evitar su fatal destino h
medidas para mi ataúdLa segunda vez que intentaron matarme, empecé a comprender que mi vida molestaba a alguien. Se podrá decir que soy un tipo lento en advertir las cosas, pero no es así. Sencilla
mellizas mortalesNueva York, bajo el oscuro cielo nublado, parecía redoblar su iluminación, al reflejarse en el negro asfalto mojado las luces de sus calles y avenidas, ya fuese las del alumbra
melodía para el terrorPaul Larkin y su amiguita echaron una angustiosa mirada hacia atrás. —¿Ves algo, Moira? La voz de él había sonado ronca, insegura. Conducir con aquella noche de perros, a travé
memorias de un monstruo«Es la más espantosa historia imaginable. Nunca pensé que yo pudiera llegar a formar parte de algo así a verme mezclado en un horror semejante.Y, sin embargo, así ocurrió aquel
merodeador en el támesisRememorando a seres de otras épocas, como 'Jack, el destripador', 'Jekyll y Hide', 'La Estranguladora' o 'El Merodeador'. Nombres que figuraban en el historial delictivo de Lon
mi bella asesinaEl protagonista de esta novela, ambientada en Londres, se apellida Eastwood, pero sólo es un ex deportista que ahora trabaja en televisión de comentarista del medio. Está a pun
mi tumba está vacíaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
mi última novelaHabía sido un buen verano. Largo y cálido, como gustaba a la gente del litoral, desde los negocios de hostelería hasta los propios turistas de ambos sexos, que encontraban en l
micronautaEl primer indicio fue un punto luminoso moviéndose en las pantallas de radar. Su órbita alrededor de la tierra era regular y perfectamente trazada. Tardaba aproximadamente seis
miedo bajo el solElla se estremeció ligeramente. Evitó mirarle. Una profunda angustia, una inseguridad tremenda, se reflejó en su bello rostro meridional, en la profundidad de sus ojos color ám
miedo en el oriente expresBrian Jefford entró aterido en la Gare de L’Est. Fuera del ámbito ferroviario, apestando a carbonilla y con la atmósfera enturbiada por el vapor de las grandes y negras locomot
miedo en la galaxiaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
miedo en los sargazosNo pude por menos de recordar borrosamente, mientras subía a bordo por los escalones de cuerda, en medio de los marineros al mando de Wallace, ciertas frases pronunciadas por a
miedo para las adolescentesLas jóvenes comenzaron a vestirse con rapidez, entre risas y bromas. Vanessa Graves se aproximó a la orilla de la playa, dio varias palmadas, y las jóvenes salieron riendo de l
míster macabroEra como un profundo, sibilante jadeo, el sonido de una voz inhumana o acaso de una bestia desconocida.Un arrastrar siniestro llegó del fondo del oscuro sótano. Todo el sótano
monstruo en la óperaEl cuerpo yacía ante el armario, bañado en sangre. Todo aparecía salpicado de un vivo color escarlata. Incluso las ropas allí colgadas chorreaban un rojo espeso y viscoso, que
morganaY es como si ella desapareciera, se alejase en la oscuridad sin fin, hasta fundirse con las tinieblas de un más allá que no distingo, pero que adivino. Entonces concilio el sue
muere sin despertarMi nombre es Darren Garfield. Acababa de ser licenciado definitivamente de las Fuerzas Armadas, apenas obtenida el alta del hospital militar de San Francisco donde había pasado
muere, querido lector—¿Nombre? —Dennis Doyle. —¿Británico? —De Liverpool. Cuarenta y seis años. Ingeniero electrónico. Trabajaba en British Electronic Incorporated. —¿Causas del fallecimiento? —Fal
muerte con luz de gasSe interrumpió. Había asomado a un gabinete también iluminado por el gas. Viejos muebles, óleos en los muros, con la firma de John Bryans, cortinajes raídos, postigos encajados
muerte en chinatownEl tintineo de campanillas fue como un sonido cristalino, hecho de vibraciones de vidrio y plata. Sin embargo, ese tintineo significaba la muerte. Algunos transeúntes que recor
muerte repetidaDicen que un hombre no puede morir dos veces. Dicen que todo ser humano nace, vive y muere una sola vez. Al menos por el momento, nadie ha probado que exista la reencarnación s
muerte vestida de oroJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
muerto sin requiemFue la primera vez que intentaron matarme. Sucedió todo tan rápidamente, que no tuve tiempo de preverlo. Ni siquiera de reaccionar de alguna forma. Lo cierto es que pudieron ha
mujeres vampiro… Y escrito está… El nosferatu nunca muere… El vrolok siempre vive en la noche, si la sangre de los vivos devuelve la vida a su cuerpo en reposo… Y aquellos a quienes muerda el
muñecas mecánicasJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
murciélago de alas rojasGlenn Young contempló el bellísimo paisaje, mientas aceleraba la marcha de la canoa. El motor zumbó y la proa de la deportiva embarcación hendió las aguas azules, abriéndolas e
murió mil vecesJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
muro de sombrasLo primero que vio al despertar, fue la luz del quirófano, proyectándose sobre su rostro, de un modo crudo y directo. Parpadeó, intentando ver algo más, detrás de aquel círculo
mutaciónJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
nana por una difuntaA medida que se aproximaba alos montículos de la curva, la oscuridad crecía y crecía. Era ya casi noche cerradacuando los alcanzó y se dispuso a rodearlos, para verse ante las
necrofagiaHastings ignoraba en ese momento que Ana Penrose yacía sin vida en el Cementerio Municipal de Gatescastle, bajo una lápida conmemorativa de la trágica efemérides local.Ignoraba
necrosis programadaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
negra madrugadaCreía estar soñando cuando pisé Lincoln Avenue, a la altura de Fisherman Street. Pero esta vez era realidad. Esta vez no soñaba, como en tantas ocasiones durante los tres últim
neurosisEstoy aterrorizada. Como nunca lo estuve. Como creí que jamás llegaría a estarlo. Yo nunca tuve miedo. Nunca sentí el pánico, el terror. Hasta ahora. Hasta estos horribles mome
neurosis criminalDebo confesar que esperaba mi primer caso con auténtica emoción e impaciencia. Sabía que en cualquier momento podía aparecer una silueta tras la vidriera esmerilada de la puert
niebla en whitechapelEsperó todavía un poco más. Ahora se sentía más tranquila. Más segura. Desde Whitechapel Church, llegaron dos campanadas. Las tres y media. Había transcurrido demasiado tiempo.
no enterradme hasta morirY yo, anoche, me vi entrar en ese panteón, conducido dentro de un féretro, rodeado por cánticos y rezos, sin poder decir a nadie que veía sus rostros, oía sus liturgias y sus l
no hay planeta como mi planetaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
no te temo calaveraMe quedé mirándola con profundo estupor. Era una cliente hermosa. Y joven. También debía ser rica. O, cuando menos, de clase acomodada. Hasta ahora, que yo recuerde, ningún cli
nosotros, los contaminadosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
octupusJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
ojo en la oscuridadLa figura se irguió, se precipitó hacia ella.Un largo grito de terror brotó de sus labios. Era un grito en el que se condensaban su angustia, su pánico, su desesperación más pr
ojos color de jadeDesprendió la hebilla de la falda. Ésta cayó a sus pies. Las largas y bien formadas piernas quedaron al descubierto. Luego, fue el suéter el que salió por la rubia cabeza con s
ojos de oroSerie M-31, agente secreto Nº 8. EL helicóptero sobrevoló un momento, uno solo, la vertiginosa lancha patrullera de combate. Se elevó la ametralladora montada sobre el trípode
ojos que vigilanAquel sábado por la tarde en Gossville, New Hampshire, pareció ser en principio un simple sábado más del invierno frío y nevado de aquellas regiones del nordeste de Estados Uni
oriente medioERNIE MAC Duff bostezó Bostezó porque estaba aburrido. Y también porque tenía apetito; era la hora del almuerzo, a fin de cuentas. Pero, especialmente, es porque estaba aburrid
oscura es la ciudadClankety-clanck, clankety-clanck, clankety-clanck… El último tren. El de la medianoche. Justo ante mi ventana. Todo trepidó en mi oficina. El elevado se perdió en la distancia,
ovniBolsilibro de JUAN GALLARDO MUÑOZ
pacto... ¡después de morir!A fin de cuentas... ¿quién puede olvidar que está conviviendo entre unas personas respetables... y, sin embargo, una de ellas... es un asesino?Yo lo sabía. Lo sabían otros. Esa
pájaros llameantesLa primera vez que Aaron Strasberg vio llamear las alas de los pájaros de la muerte, no podía saber que él también se acabaría viendo involucrado en aquella espantosa pesadilla
pánico popLuego, la puerta, al ceder una abertura no muy amplia, reveló en el corredor una forma oscura, grande, ancha…, ¡como un cuerpo velludo e informe!El grito de Melody se transform
parís-dakar, railly de muerteGerard Duprez levantó la cabeza, sorprendido, hacia la persona que acababa de entrar en lo que él denominaba su «santuario». Frunció el ceño, disgustado, contemplando el rostro
pasaje hacia la nocheCaddox no siguió la conversación enseguida. En vez de eso, pareció meditar una respuesta aceptable, o bien estudiar el punto de vista de su visitante, declaradamente hostil. Se
pasaje sin salidaDesde las diez de la mañana a las dos de la tarde, podía ser visitado el investigador en su despacho, según añadía una nota mecanografiada sobre un papel adherido a la puerta.
patrulla 22Barry Fletcher se sentó en la barra de la cafetería. Cambió una mirada risueña con la cantinera. —Hola, Mitzy —saludó. —Hola, Barry —respondió ella. Le miró con cordialidad y a
peces del infiernoUna absoluta rareza. Una historia que encaja perfectamente dentro de la colección «Servicio Secreto», pues tiene una intriga de agentes y megalómano de turno, al estilo James B
perseoBolsilibro de Juan Gallardo Muñoz.
pesadilla en bluesNunca me ha avergonzado decir que soy un hombre de pueblo. Aquí, en la gran ciudad, donde todo el mundo presume de procedencia especial, alardeando ser de acá o de allá, siempr
petróleo y sangre en el sinaí—Será mejor que no se muevan, señores. Esto es un secuestro. Lo había empezado a sospechar así unos momentos antes. Justo cuando vi asomar el acero frío y pavonado, en la mano
planeta deliranteJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
proceso a una dama ciega—Sí —dijo Kenneth Knowles con firmeza—. Voy a defenderla. Sus colegas del Royal Arms Club de Mayfair le miraron con una mezcla de estupor e incredulidad. Cambiaron entre sí mir
profanadores de sepulcrosEl estampido del trueno fue impresionante.Apenas había centelleado el rayo en el negro cielo, cuando sonó el estruendo ensordecedor, formidable, sacudiendo los edificios hasta
programado para el terrorEl hombre de tez oscura y gafas de sol, tiró con rapidez el Playboy a una papelera, sin haberlo leído ni hojeado siquiera. La pobre mujer desnuda de la portada, se mojó, al rec
psicodélicoERA yo. Yo mismo. De eso no había la menor duda. No sé cómo pudo suceder, pero era yo. Y ni siquiera estaba muerto. Durante mi vida, me habían ocurrido muchas cosas así. No era
pueblo de cadáveresNo sé cómo empezar. Lo cierto es que tampoco sécómo terminaré. Entre otras cosas, porque desconozco el final. Pero, de todosmodos, sea cual sea, ha de ser terrible. Para mí, y
pueblo de endemoniados—Este pueblo, señor Fisher, fue ya morada de Satán, una vez.Me volví. Era Hertha Lehman quien había hablado, con tono singularmente profundo y preocupado. La miré. Era una muje
quema el asfaltoRoss Ingram es un policía de Nueva York que, por sus métodos poco ortodoxos y contundentes en su lucha contra el crimen, tiene que abandonar el cuerpo. Pero poco después recibe
regreso a las tinieblasVolver a la vida. Volver a casa. Volver a todo lo que uno dejó atrás una vez pensando que sería para siempre, para una eternidad hecha de años, de esperas, de amarguras y decai
reina de diamantesSEÑORES pasajeros del vuelo Madrid-Roma-EI Cairo, de la compañía TWA. Tengan la bondad de dirigirse a la pista de despegue, donde el avión se halla situado, para salir dentro d
reloj mortalSi, era una bonita oficina para mi trabajo. Y un bonito letrero en el cristal. Imaginé que ni el gran Philip Marlowe, Sam Spade o Donald Lam y Bertha Cool habrían tenido más he
ringoFue una noche triunfal. Todo comenzó en el cuarto round. Precisamente cuando peor se habían puesto aparentemente las cosas para él. Hasta entonces, el combate iba bastante equi
rosas negras para morirContempló el teléfono. Dudó. No sabía si descolgarlo y llamar. O dejarlo como estaba, no acercarse a él, no marcar ningún número, no hablar con nadie. Se pasó una mano por el r
rue morgue, 13Esta nochevolveré a salir a la calle. Volveré a buscarla. Sólo me detendré en algunataberna, mientras tenga algún franco para gastar en bebida. Y a seguirbuscando. Hasta el fin
samurai, siglo xxiJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
sangre en la morgueEra la tercera víctima.El constable Jackson meneó la cabeza con desaliento, cambiando una mirada de estupor y rabia con el doctor Dogherty, que se incorporaba en ese momento, l
sangre en mi diarioUn fugitivo acosado por la policía, se esconde amparado por la única persona en quien confía. Mientras se recupera de sus heridas, escribe un diario donde relata los verdaderos
sangre en un cráneo—¿Qué vio, señorita? ¿Qué puede ser peor que un nuevo cadáver bañado en sangre?—Era..., era la calavera...—¡La calavera!—Les juro que era cierto. No me creerán, pero..., ¡pero
sangre para una ópera rockScarlett podía volver a cantar. Y a tocar su guitarra. Sobre todo, tocar su guitarra. Los temas folk saldrían fácilmente de su vibrante garganta. Siempre había sido así. Pero e
sangriento carnavalHabía sido joven. Y bonita.Ya no era nada. O casi nada. Lo poco que quedaba de ella, no resultaba agradable. Las aguas del canal habían empapado sus rubios cabellos y manchado
se muere sólo dos vecesMe lo había pronosticado uno de esos quiromantes de feria en una ocasión: —Usted… usted tiene unas extrañas rayas en su mano, señor. Yo me había sonreído, cambiando miradas bur
seda y niebla para el asesinoEl alarido coincidió con el descenso de la hoja de acero, frío y centelleante, sobre la garganta rosada, salpicada de pecas, e incluso con un lunar muy nítido, justo en su cent
sepulcralMelvin Nordham leyó el telegrama que la doncella acababa de darle. Ni siquiera se preocupó de mirar el trasero de su sirvienta, como hacía habitualmente cuando ella abandonaba
show de sangreNinguno de ellos observó que Amos Warren, encogido en el suelo en dramática postura, abría súbitamente sus ojos.Ojos redondos, relucientes. Ojos vidriosos.Ojos inyectados en sa
síndrome de divinidadEL comandante Garko anotó rutinariamente en la pantalla del cuaderno de bitácora electrónico: «Fecha Cósmica 2112, G20, Tercer Período Alfa: Viaje sin novedad por el momento. H
siniestra espiralWade soportó el epíteto. En el fondo compartía esa opinión conyugal, pero se abstenía de manifestarlo en voz alta. Dar la razón a Paula, hubiera sido lo último que hiciera en l
skylab-2005Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
susurros para el crimenSonó el teléfono. En el silencio profundo de la casa y de la noche, su timbrazo resultó casi estruendoso. Se fue repitiendo con intermitencias de silencio. El repiqueteo persis
tarotEl espantoso personaje que, erguido ante una especie de altar de sacrificios central, consistente en una piedra redonda y lisa, igualmente empapada de rojo oscuro, permanecía c
telaraña entre sombrasTras sufrir un fuerte golpe en la cabeza, atropellado por un automóvil que se da a la fuga, un fotógrafo artístico, Edgar Crabbe, dedicado a retratar a las más bellas modelos,
terror en las vegasEl conserje levantó la cabeza. Fijó sus ojos en el recién llegado. —Lo siento, señor —dijo escuetamente con tono mecánico—. No hay vacantes. Tenemos todos los apartamentos ocup
terror en montreal-76La muchacha del cabello color fresa miró atrás. No descubrió nada sospechoso. Nada de lo que ella temía, cuando menos. Sus ojos estaban muy abiertos, tras los vidrios color dor
terror en órbitaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
terrorismo en irlandaYa había llegado. Aquello era Belfast. No se puede decir que resultara particularmente acogedor, aquel viernes por la noche, cuando abandoné el barco en el muelle, amplio y sil
toque de difuntosDi unos pasos vacilantes hacia el otro féretro. No quería pensarlo, pero algo me decía que iba a encontrarme con otra espantosa sorpresa. Después de aquélla, ¿qué otra podía ha
trampa para un muertoNo hacía calor, pero mi piel transpiraba algo húmedo, frío y pegajoso. Allá afuera, la noche era fresca y amable. Las luces del jardín lucían suavemente, de trecho en trecho, a
tras el reino de las tinieblasJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
travesia hacia el pánicoJungla. Solamente jungla. Espesor. Frondosidad. Humedad pegajosa que venía de los pantanos, del río Mekong, de aquel clima asiático, pegajoso y de bochorno. Sobre todo en la ju
tres dragones de oroEstaba acorralado. Acorralado contra la gran figura del Buda de piedra verde. Las luces rojas del templo parecían reflejos del infierno, reverberando en las columnas que formab
tributo a la violenciaSiempre había sido feo el vuelo de aquellos animales. Sobre todo, para Bill «Rifle» Stuart. Soltó un salivazo amarillo, con tabaco de mascar, y expresó su repugnancia con un ge
un grito en la sombraResulta extraño despertarse uno con tres libras y ocho chelines por todo capital, una docena de facturas sin pagar, el timbre de la puerta desconectado para que los acreedores
un sucio detectiveMe desperté bastante tarde. Era un día nublado, antipático y con olor a sulfuro. Yo había bebido un par de copas de más la noche antes, y mi boca era como un retrete relleno de
una cripta para jezabelCon los amigos ya era otracosa. Tenía considerada la amistad como algo verdadero, sólido y perenne: Algoque no se podía traicionar, Algo a lo que no se podía considerarsuperfic
una oración por abigail«Rezad por Abigail. Rezad, malditos bastardos. Rezad por ella, si aún la recordáis. Rezad por ella si nada hicisteis en su favor.»Rezad por ella, y que Dios no os lo premie ni
usted lleva mi cerebroJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
vampyrJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
vegetales asesinosMatar era su oficio. Y era un buen profesional. De los mejores. Frío, eficiente, seguro de sí mismo, lúcido y práctico. Parecía un ejecutivo, elegante y de inmejorable presenci
vejez de siglosJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
ventana a la nocheLa noche parecía diferente allí, al otro lado del río. Era como si la niebla se enroscase en esos parajes en torno a seres y árboles, a edificios y objetos, como algo vivo y pe
viaje al horror«Los primeros sucesos extraños comenzaron a hacer su aparición a bordo el tercer día de travesía.Llegó el primero de los incidentes que iban a marcar la escalada hacia el terro
viento demencialAbdullah Hakim nunca había sido un fanático. Era un hombre, por el contrario, totalmente equilibrado, sensato y nada extremista. Cierto que trabajaba en pro del reconocimiento
vuelve jack el destripadorRose Myllet, más conocida entre la vecindad como Lizzie Davis por motivos que sólo ella conocía, ya que ocultar el nombre verdadero con un alias era una costumbre muy habitual
watergateSe llamaba Milton Jarrod. Había sido él la persona elegida, porque quizá nadie como Milton Jarrod podía ocuparse de una tarea semejante. Los que lo escogieron sabían lo que hac
xenofobiaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
yo encontré a frankensteinLa tapa plástica fue apartada lentamente, casi con solemnidad. Un vapor de hielo seco emergió de allí dentro, como una bruma maldita, liberada desde las mismas puertas del infi
yo, hombre-loboAlzo la cabeza, mis ojos se clavan en el espejo dorado, de cristales tamizados para el reflejo.Un nuevo ronquido horripilante brota de mis labios, que ya son fauces. Mis colmil
yo, lázaroDebería decir que conocí a «Lázaro» un día que iba a ser, para mí, el primero de una nueva y sorprendente existencia. «Lázaro», o «él», que de ambas maneras describía yo a mí h
yo, lázaro (2 ed)Debería decir que conocí a «Lázaro» un día que iba a ser, para mí, el primero de una nueva y sorprendente existencia. «Lázaro», o «él», que de ambas maneras describía yo a mí h
yo, lázaro (astri)Debería decir que conocí a «Lázaro» un día que iba a ser, para mí, el primero de una nueva y sorprendente existencia. «Lázaro», o «él», que de ambas maneras describía yo a mí h
yo, «el destripador»Querido jefe:Sigo oyendo que la policía me ha capturado, pero la verdad es que aún no han dado conmigo. Me he reído mucho al ver que todos se las dan de inteligentes y hablan d
yo… nací mañanaJuan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
¡arde, hermosa bruja!El machete silbó en el aire. Describió un centelleante semicírculo de acero, y cayó sobre un cuello femenino que empezaba a cubrirse de feas ampollas, bajo el efecto del fuego.
¡déjate matar, cariño!Salí sin despedirme siquiera. ¡Al diablo con todos ellos! No tenía nada que agradecerles, después de todo. Su obligación era entregarme esa licencia, les gustara o no, al marge
¡grita, grita, amor!Melissa Miles estaba asustada. Acababa de averiguarlo ahora mismo. Aquella misma noche. Lo cierto es que no sabía cómo advertir a alguien de lo que sucedía. Cómo salir de aquel
¡macumba!—Eres hermosísima, criatura. La más hermosa mujer que jamás he conocido… ¿Cómo esperas darme miedo ahora con tus palabras, con tus gestos? Sería ridículo temer nada de una much
¡muere pronto, muñeca!Era un tipo duro, de eso no había duda. Casi me había volado la cabeza cuando entré. Ahora, pese a que le había roto la mandíbula a juzgar por el crujido de sus huesos al logra
¡penalty!No podré olvidarlo nunca. Nunca... Todavía cierro los ojos y, con mi imaginación, puedo rememorar aquel momento supremo, aquel instante decisivo, en el que todo dependía prácti
¡ranko!El Presidente de los EEUU está secuestrado en un búnker secreto, oculto en una inmensa propiedad secreta repleta de soldados secretos armados hasta los dientes. Está siendo tor
¡sargazos!Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
¡satanismo!Y sin embargo, aquel monstruo tenía algo de patético, de tremendamente humano, de desgarradoramente cruel e indigno.Porque ni siquiera era un monstruo. No podía serlo, en circu
¡… y nueva york fue destruida!Todo comenzó así. En aquél, vuelo, exactamente el número 407 de los vuelos internacionales de la compañía americana de vuelos Charter, llamada Starlight. En principio, era un v
«espaciópolis»Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
«hong kong» jim—¡Absuelto! Es imposible… El jurado no ha podido cometer un error semejante… —Pues lo ha cometido. Parecían asustados. Y su veredicto no admitía réplica. Fue por unanimidad: in
«miserere» por míPara WarrenAshley, todo comenzó con aquella tormenta en pleno campo. Nunca pudo imaginar que el simple estallido lejano de un trueno, tras elcentelleo lívido de un rayo en la d
¿qué ha sido de dolly doll?El tipo, canoso y vestido modestamente, siguió inmóvil, con la cabeza caída sobre su pecho. Se apoyaba con ambos brazos, casi amorosamente, el doblado abrigo sobre su pecho.Mal
¿quien era «cat»?Martin Graham bebió un trago. Se me quedó mirando, de hito en hito. Tenía los ojos enrojecidos, la mirada brillante pero torpe, y el rostro completamente abotargado. Al hablar,
¿quiénes eran «ellas»?Juan Gallardo Muñoz, nacido en Barcelona en 1929, pasó su niñez en Zamora y posteriormente vivió durante bastantes años en Madrid, aunque en la actualidad reside en su ciudad n
¿y después de morir...?La luz era ya un resplandor que nos envolvía. Supe que estaba a punto de atravesar la última frontera, de penetrar en lo eterno.Acaso de verme ante él.Ante Dios.Rodeado por tod