invulnerable
—¿Ralph Davis? —Sí. —¿Su pasaporte, por favor? —Por supuesto. Aquí lo tiene. La mano del funcionario de policía tomó el documento. Lo abrió. Examinó la fotografía y miró al hombre que se lo había entregado. —Norteamericano, ¿eh? —comentó—. Del mismo Nueva York.