horror galáctico
Bip-bip-bip-bip-bip... Era el sonido monocorde, invadiéndolo todo. A bordo, no se escuchaba otra cosa, en aquel profundo y casi infinito silencio. BIP-BIP-BIP-BIP-BIP-BIP... Había crecido repentinamente en intensidad, Seguía aumentando por momentos. Zoltan levantó los ojos hacia Ghidar. Su rostro se mantuvo impenetrable. —¿Has notado eso, Ghidar? —preguntó.