PAÍS LIBRO

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curtis garland

¡muere pronto, muñeca!

Era un tipo duro, de eso no había duda. Casi me había volado la cabeza cuando entré. Ahora, pese a que le había roto la mandíbula a juzgar por el crujido de sus huesos al lograr conectarle un derechazo brutal en el mentón apenas sentí el roce candente de la bala en mis cabellos, volví a la carga sin muchas contemplaciones.