raf g. smith
desertor de la muerteRoger Payton dio unas palmadas en el cuello del caballo. Se sacudió el polvo acumulado en el pantalón y encendió un pitillo. Avanzó cuatro pasos y se detuvo, indeciso, en el ce
listos para morirCUALQUIER objeto contundente salía disparado por el aire con la misión específica de estrellarse contra la cabeza del primer descuidado que encontrase en su camino. La confusió
un gitano en el «far-west»SOBRESALTADO, José Miguel Aguirre detuvo bruscamente el caballo. A pocas yardas de distancia yacía el ensangrentado cadáver de un hombre. Frunció el entrecejo. Era la primera v
un tahúr en montanaLafe Watkin echó una mirada por encima de las batientes puertas del saloon para escrutar el interior antes de decidirse a penetrar en él. Entornados los párpados para proteger
una ranchera orgullosaEn tu lugar, yo pagaría ese whisky y me largaría inmediatamente. Es le mejor que puede hacer aquí un forastero si desea conservar inalterable su salud. El que pronunció estas p