un gitano en el «far-west»
SOBRESALTADO, José Miguel Aguirre detuvo bruscamente el caballo. A pocas yardas de distancia yacía el ensangrentado cadáver de un hombre. Frunció el entrecejo. Era la primera vez que en su corta vida en el Oeste tenía tropiezo tan macabro. —¡Mecachis! —murmuró—. ¿Quién lo habrá matado?