PAÍS LIBRO

Autores

f. de fonseca

el traidor
En aquella pequeña ciudad francesa del Departamento del Aisne, si alguien quería dar por buena una noticia, solo le bastaba con asegurar: «Me lo dijo Duval». Entonces, ya nadie
jeque rojo
A simple vista nadie pensaría que aquel joven de rostro franco y risueño, moreno, de ojos negros y centelleantes, fuera lo que su nombre Kara Ben Halef indicaba: árabe. Más bie
lobos
La temperatura era tórrida. Enjambres de mosquitos, procedentes de los cercanos pantanos, batallaban contra los manotazos de sus víctimas. También los penados cuidaban de que l
los encadenados
La casa resplandecía con todas las luces encendidas, y los sirvientes se movían alrededor de varias mesas cubiertas de flores, plata y cristal. En una salita había damas muy es