los ángeles del averno
CASS Winter decidió reanudar su marcha. No es que hubiera descansado lo suficiente, pero el sol ya estaba declinando y quería a toda costa llegar a Devis antes de anochecido. Anhelaba un buen baño, cenar opíparamente y darse una vuelta por Ranger House, el saloon regentado por Bill Sheward, tan gran amigo suyo como recalcitrante y eterno gruñón.