espectros en la bolera
Helen Davis consiguió, después de varios intentos, aparcar su «Lincoln» en zona reglamentaria y no demasiado alejada del «Romanoff». Retirando la llave de la portezuela, prefirió no abandonarse a filosofías vulgares, aunque la práctica le demostraba que la velocidad acortaba distancias, pero la dificultad en encontrar sitio libre donde dejar su coche, consumía más minutos que los ahorrados al volante.