PAÍS LIBRO

Autores

rocco sarto

réquiem para un sonador

Vallance, el nombre de nuestro antihéroe, quien ya en su primera acción mata por recuperar un microfilme a Burdley, otro agente, por encargo de un tercero, un inquietante personaje que trabaja para el gobierno de los Estados Unidos y responde al nombre de Petitboard. Acaba su misión no sin antes perdonar la vida a Vicky, travestido mexicano, quien es elemento clave en esta historia. Regresa a los Estados Unidos con la misión cumplida, a o al menos eso se cree, nuestro moderno caza recompensas y de pronto se ve envuelto en otra trama, la jugarreta definitiva de Petitboard, el malo malísimo de esta historia. Pretende eliminar a nuestro antihéroe, silenciarle, porque sabe demasiado. En estos avatares de huida de sus perseguidores conoce a Rhea, una periodista, con quien Vallance parece descubrir algo parecido al amor, y a su gato Cat, el elemento más alegre del texto. Vallance indaga sobre la personalidad de Petitboard y por ello encuentra más problemas, más matones en el camino. Al final retorno obligado al cuartel del maloso, después de sus correspondientes calamidades, quien vuelve a enviarle a México a recuperar lo suyo, donde se produce un agridulce fin de fiesta para todos los personajes de nuestra historia. Y en ese último tramo, como en todo bolsilibro que se precie, nuestro antihéroe triunfa y se va con la rumbosa chica que le hace esbozar un tímido amago de sonrisa. Y con su gato Cat. El autor nos desvela al final una cosa añadiendo más confusión al final del relato. Entretenimiento y evasión a raudales, que buena falta nos hace.