sombras chinescas
DESDE las cristaleras del salón, podía verse la superficie de aquel lago de extraña forma, como un gallo con tres patas. Un lago de bruñida superficie, con una extraña luna encima; una luna grande, brillante, de visión tan nítida, que uno podía forjarse la ilusión de ver a algún astronauta sobre su superficie. Se trataba de Lake Keesus, situado a medio centenar de millas al norte de Waukesha, en Waukesha County, en el Estado de Wisconsin. Un lugar muy frío y áspero en invierno, y agradable en verano, con temperaturas suaves. El hombre, con la pipa entre los dientes, miraba a través de los cristales, hacía ya rato que chupaba de la pipa sin obtener el apetecido humo del tabaco, ya consumido en la cazoleta.