plomo anónimo
—¡Maldito bastardo! El sheriff se lanzó contra el que tenía enfrente y ambos rodaron por tierra, gruñendo y maldiciéndose. Los golpes, secos, contundentes, demoledores, percutían sobre sus rostros, restallando en la clara mañana. Una ferocidad sin límites animaba a ambos luchadores. El sheriff de Eagle Pass, Kern Martin, era forzudo y macizo, de anchas espaldas y remos como postes. El cabello entrecano le daba apariencia levemente senil, pero su agilidad y violencia desechaban inmediatamente aquella primera idea. Su contrincante tenía aproximadamente la misma edad y vestía como los vaqueros, aunque sus ropas eran costosas, denunciándole como hacendado acomodado.