los muertos no se quejan
La rubia parecía compungida mirándole las entretelas a su descapotable rosa, detenido a un lado de la carretera Setenta y siete, de Corpus Christi a Brownsville. Shelby Young, admirando la tersura de las medias de nylon de la muchacha, aplicó el freno a su diez toneladas y a través de la ventanilla, ofreció...