PAÍS LIBRO

Autores

michael kuss

en la boca del lobo

El piafar de su montura alertó a Ray en el momento en que se sumergía en la gorga que los remolinos habían cavado en el lecho del riachuelo. El placer del baño fresco se esfumó. Y Ray comprendió, en una fracción de segundo, que cualquier movimiento imprudente podía significar el fin de su vida de vaquero errante, de modo que decidió medir cuidadosamente todas sus acciones.