tierra prohibida
EL desierto no era llano. Presentaba ondulaciones frecuentemente, y había promontorios que casi podrían llamarse colinas. Roderick Stewart detuvo su caballo y lanzó una larga y cansada mirada a su alrededor. El horizonte era inmenso y amplio, un gran círculo de centenares de millas. El color amarillento de la tierra arenosa presentaba manchas, de gran extensión en muchas ocasiones. Sal Roderick humedeció sus labios con la lengua. Estaban resecos y agrietados. —Sal —dijo en voz alta.