maldición en la pradera
Un joven alto y fornido, de bronceada tez y ojos azules que formaban un agradable contraste con su negro pelo brillante y rebelde, se acercó al mostrador del “Fisher Saloon”; aquel establecimiento, propiedad del lustroso y potente Wirke Palls, debía su denominación al primitivo oficio que ejerció su propietario cuando vivía en Wateremest, cerca del lago Michigan. Fisher significaba pescador.