la tumba de oro
A LAS cinco de la tarde llegó Ray Corway a la populosa ciudad de Glassville, centro minero en el estado de Virginia. Diez horas a caballo desde Richmond, dos botellas de gin, media libra de pan y un tarugo de queso maloliente pero sabroso. Esto era todo lo que había entrado en el maltratado estómago de Ray en dos días.