el secreto del gun-man
El teatro llevaba el nombre de su hija Mavine. Se le había ocurrido bautizarlo así y no quería de ningún modo que al nombre de su querida Mave se unieran griterías de borrachos ni exigencias de clientes desaprensivos, por eso allí no se jugaba, ni se bebía, se iba a ver el espectáculo y nada más.