PAÍS LIBRO

Autores

m. de silva

el desquite

EN la semioscuridad del atardecer, un hombre que avanzaba por el camino detuvo su caballo ante la taberna. A la luz humosa de los quinqués, los parroquianos pudieron ver a un hombre aún joven, alto, vestido de negro y que por sus ropas causó asombro e hilaridad. Llevaba levita larga y bien ajustada; sus botas altas, aunque polvorientas, eran nuevas y de buena calidad, y lo que causaba asombro a la concurrencia era que llevaba ¡corbata!