sol sangriento
LAS sombras envolvían la carretera de Argel a Cherchel. Las nubes ocultaban una luna triste y desvaída, en cuarto menguante; que se mostraba impotente para alumbrar la tierra. Tal vez por esta circunstancia, el hombre que avanzaba por la carretera había elegido aquella noche para llevar a cabo sus propósitos. Montaba una «scooter», marca Vespa, que se deslizaba por el asfalto con un leve rumor, sin que el hombre que la conducía hiciese nada por aumentar la velocidad.