PAÍS LIBRO

Autores

juan montoro

el ídolo azteca

Eulogio Rodríguez dejó de contemplar las plomizas nubes que se arrastraban casi sobre tierra, desgarradas de cuando en cuando por una potente ráfaga de aire cargado de sal marina. A lo lejos bramaba el Atlántico, arremetiendo contra los acantilados gallegos como si su lucha de siglos no le hubiera convencido aún de la futilidad de su empeño. Las olas, al reventar contra la granítica muralla como una pared blanca, hasta treinta o más metros por encima del acantilado, y el aire, al atravesarlas, quedaba impregnado de sal y de humedad.