las pirámides de saturno
Lo he logrado, —dijo sencillamente Zoxor.Lota lo miró estupefacta.—No. No es posible, padre —habló ella con voz trémula.—Sí, Lota. Es una realidad, lo tengo.Ella tembló. Dudó todavía antes de creer a su padre. Y no porque él hubiera mentido antes jamás. Pero era demasiado increíble. Demasiado enorme aquello para que Zoxor se hubiera expresado así. Tan sencilla, tan simplemente. Casi con demasiada simplicidad.