PAÍS LIBRO

Autores

john wotman

la muerte se sienta al piano

Un ruido raro, estruendoso, le sacó de su mutismo. Sonaba por encima del techo, en un cielo que no veía y que adivinaba. —Es un helicóptero, señor—murmuró el camarero al darse cuenta de que Joseph Yonsky levantaba los ojos intentando taladrar la pared que le privaba de la visión. Joseph Yonsky se pasó la mano por el rostro. Lo hizo con lentitud, casi con complacencia. Sintió la piel suave y tersa bajo la palma de su mano y sonrió. Su sonrisa fue triste, porque detrás dejaba muchas cosas. El ruido del motor del helicóptero volvió a sonar con insistencia, creando un ruido monstruoso. Se oía con claridad cuando se acercaba, o cuando evolucionaba trazando amplios círculos sobre el vapor.