uranio en el trópico
ELSA Parker dió un alarido angustioso, estremecedor. Cayó al suelo violentamente, transida de dolor. Sus pupilas, azules como azul diáfano en el cielo del trópico, se llenaron de lágrimas. Su blonda cabellera se extendió alrededor de su semblante, lívido y desgarrado por la emoción de aquel instante supremo.