barro soviético
Había barro, mucho barro en aquellas calles embrionarias de Vavilick, situada en los Urales asiáticos. Era una ciudad levantada por el gobierno soviético para reunir en ella a los investigadores y sabios de las fuerzas termonucleares, de los hombres que dominaban los secretos de la Naturaleza y los convertían en armas destructoras con las que sojuzgaban al mundo. Tenía Vavilick un perímetro de tres millas sobre un paisaje estepario y monótono hasta la desesperación. En el centro de la ciudad estaban los laboratorios y grandes ciclostrones donde los investigadores trabajaban incansablemente. En las afueras se levantaban los chalets de gentiles líneas y entre éstos y los laboratorios encontrábase el centro comercial y de diversión.