¿afán de desquite...?
¿Cuánto hacía que se encontraba allí? Con seguridad no lo sabía, y, dicho sea de paso, tampoco le importaba mucho. Lo único interesante que había lo tenía entre las manos: una carta, una simple y sencilla carta que había estado esperando durante meses. Desde luego recibió otras, pero ninguna como aquella. Era, en fin, una misiva que le obligaba a tomar el tren o la diligencia para presentarse en Nelson, del estado de Nevada, en el momento más inoportuno para Buck Jenkins y su bella hija Mónica. La trampa que le tendiera al ranchero, conociéndole como le conocía de antiguo, con sus virtudes y debilidades, acababa de funcionar. Es decir, empezó a hacerlo a los pocos días de que él abandonara aquella población, para afincarse momentáneamente en California, concretamente en Baker, donde se dedicó a esperar.