PAÍS LIBRO

Autores

j. a. dose

sangre en río diablo

Oscurecía. Las sombras del atardecer se apoderaban rápidamente del valle. Tras unas rocas, al borde de la meseta, una sombra hallábase agazapada. Miraba la lejanía. Al borde del sendero que zigzagueaba junto a él, apenas a cinco pasos de distancia, se abría un hondo precipicio casi cortado a pico. Al fondo, abajo, serpenteaba Río Diablo en unas cuarenta millas de curso o quizá más, a veces entre terreno abrupto de rocas musgadas en los márgenes y otras entre llanuras suaves de hermoso verdor. En su margen derecho se veían las construcciones de Palmer City. El valle que se divisaba, cortado por Río Diablo, estaba dividido. No solo por el río, sino por sus ocupantes.