PAÍS LIBRO

Autores

f. n. graw

traición sangrienta

—¡CUIDADO, hombre! ¿Dónde tiene los ojos? Desde uno de los barcos amarrados al muelle veintinueve, en el East River, un marinero que manejaba un chigre increpaba a un hombre, al que casi había aplastado como un fardo. El otro apenas levantó la cabeza. Aparentaba unos Cincuenta años y su manera de andar indicaba su embriaguez. Un guardia del tráfico le reprendió sin acritud: —¡Siempre lo mismo, «Pop», siempre lo mismo!