yo fui asesinado
Todo empezó con una carta. Cuando el viejo Jossie me entregó el largo sobre de color crema con una escritura irregular y precipitada, me pregunté, perplejo, de dónde conocía yo aquella letra. Pero el remitente, en el lado posterior del sobre, se reducía a un membrete en tinta azul y relieve: «Hotel Frontera. EL PASO». Me senté junto a la ventana de mi despacho, y lo abrí. Contenía un pliego de papel de idéntico color y clase que el sobre. El texto, breve y casi áspero de puro incisivo, apenas ocupaba una quinta parte de su superficie.