una frontera, un tren
La cantina, la estación, el cobertizo, el establo y las vías. Eso era todo. Eso, y el sol. Y las chumberas, allá lejos, recortándose como largos vigilantes en el desierto. No había mucho más. Botijos, herramientas, barriles vacíos para la problemática lluvia, cajas desguazadas, que contuvieron botellas de whisky o de tequila. Todo eso. Y el tren, claro. El tren...