drácula en el oeste
La tormenta estaba en todo su apogeo. Lluvia, viento y fulgor de relámpagos, se unían formando un todo infernal, subrayado por el fragor sordo y profundo del trueno. Era como si toda la tierra se viese sometida a las iras de la Naturaleza, en una noche realmente dantesca. El velero logró penetrar en el puerto trabajosamente, luchando contra el fuerte oleaje y la furia de los elementos desencadenados. Sus velas estaban en parte rasgadas y un rayo había tronchado un palo del velamen, poniendo en grave trance a la embarcación y a sus escasos y amedrentados tripulantes.