PAÍS LIBRO

Autores

anthony g. murphy

cuatro hacía el infierno

ACABABAN de dar las ocho de una mañana fría y gris de finales de otoño. El cielo tenía matices cenicientos y el ambiente estaba cargado de un especial aroma a tierra mojada. Con su acostumbrada y cronométrica puntualidad, el inspector-jefe del F. B. I., Tobías O’Connor, penetró en su despacho. Sentado ante la mesa, encendió el primer cigarrillo del día. Tobías O’Connor era un hombre de cuarenta y cinco años, más bien alto, de anchas espaldas ligeramente cargadas, y enérgicas facciones. Tenía en el mentón una antigua y profunda cicatriz que restaba armonía a su rostro.