la cobardia de bill
El jinete pareció turbarse ante la soledad imponente de la montaña. Cuanto le rodeaba, desde los altos picachos rocosos que durante el invierno se hablan revestido de nieve, a los corpulentos cedros que se abrían en largo ramaje inclinado hacia el abrupto suelo, tendía a empequeñecer su figura y la del caballo blanco que montaba.