kali, el pigmeo
Kali oyó el doloroso barritar del elefante. El pigmeo se quedó quieto. Estaba solamente a pocos pasos de la choza donde dormían Luma y su viejo padre. A este, Voma, pensaba Kali propinarle un sencillo garrotazo con el pedazo de madera que llevaba en la mano.