PAÍS LIBRO

Autores

alex simmons

el señor de la estepa

El hombre tiró de las riendas del trineo. La nieve se arremolinaba al impulso del aire reinante. Entre los párpados semicerrados, con las pestañas blanqueadas por la nieve, Maurice oyó el sordo ruido de «Duck», el perro de cabeza y, casi al mismo tiempo, el largo trineo empezó a girar, describiendo un amplio círculo antes de detenerse por completo. El hombre no reconocía en absoluto el lugar en el que se encontraba. Ni le importaba. En el transcurso del largo recorrido que estaba haciendo, las paradas se hacían cuando la fatiga —tanto la suya como la de los perros— las exigían.