NINGUNA de las cuatro personas que se hallaban dentro del almacén vieron entrar al joven. Tres de ellos estaban acodados en el largo mostrador, de espaldas a la puerta. El cuar
Los jinetes surgieron de entre las sombras de la noche. Eran cinco y llevaban sus caballos al paso en dirección a un barracón de madera que se levantaba junto a un pequeño mato
—Quedaos un ratito más. La fiesta está ahora en su mejor momento. Blake denegó con la cabeza y cogió a Wilma por el codo. Un vaquero algo patizambo, tercio: —Patrón, ¿le acompa
Tanto en Bats Spring como en toda la cuenca de The Rook, aquella cabaña empotrada en uno de los muros de ónice de las Rosier Mountains era más conocida aún que las célebres mar