PAÍS LIBRO

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wydham martyn

garland el misterioso

En su extraordinaria vida de agitaciones y peligros, nunca estuvo Antonio Trent tan encolerizado como aquel día. Y es que jamás creyó recibir un insulto tan inmotivado, tan escandaloso y tan irreparable. Si no se vio envuelto en seguida por un corro de curiosos, como hubiera sucedido en su país, fue porque la gente que presenció su humillación pertenecía al mundo elegante de la buena sociedad, y hombres y mujeres permanecieron sentados en el muelle de Bournemouth como si no se enterasen del altercado, aunque bien sabía Trent que nos les daba este sentido de urbanidad ni la dureza de oído ni el propósito de olvidar el episodio.