PAÍS LIBRO

Autores

walt g. dovan

hombre de cristal

La extraña nave pareció materializarse a la hora de más calor, sobre la pequeña localidad californiana de San Jacinto, un día de verano, cuando menos gente transitaba por la calle. En la estafeta de correos, Eileen Dunne, empleada de unos almacenes de Los Ángeles, se disponía a escribir una postal a un muchacho pecoso y pelirrojo, con el que había salido algunas veces.