el principe «silencio»
Era nada menos que el príncipe Valensky, nombre polaco, que había llegado a los Estados Unidos con la fama de ser un millonario. Y se hallaba aquella noche, eran las dos de la mañana, en el interior de la casa del viejo coleccionista Martín Grave. Llevaba un antifaz sobre el rostro. Parecía un ladrón, y lo era.