el círculo de los cuatro
Eran cinco hombres los que se hallaban alrededor de la mesa, en una habitación de paredes desnudas. Aquellos cinco hombres eran todos granujas de la peor especie. Uno de ellos era alto, de rostro afeitado y facciones de Mefistófeles. El otro era un hombre de cara enérgica; el tercero parecía un elegante de la Quinta Avenida, muy preocupado con la raya del pantalón y el monóculo en el ojo.