PAÍS LIBRO

Autores

w. martyn

el heredero

El despacho estaba lleno de humo, formando una neblina azulada que flotaba como un tenue velo desdibujando las siluetas de Chusk Chessman, el ranchero, y la de Alan Brugan, su administrador. Chusk tenía la negra pipa entre sus recios dientes y su cuadrada mandíbula se adelantaba enérgicamente denunciando su carácter autoritario y duro como la roca. Tenía la frente fruncida en varias largas arrugas que le llegaban de sien a sien y sus ojos, un poco azulados, poseían un brillo especial. Se le notaba entregado a un esfuerzo violento de imaginación, motivado por algún asunto grave que exigía de él una resolución nada corriente.